Terremoto en Ica, Octubre 2011

El terremoto nunca avisa.

El Viernes 28 celebramos cuatro años de Icaplanet y coordinamos hacer un almuerzo. Solamente pudimos ir Oliver, Diavolo y yo. Nos encontramos en Plaza del Sol para que cada uno pueda elegir lo que se le antoje comer (léase: yo quería pizza), llegué de último y luego de un breve saludo fuimos a buscar la comida para luego sentarnos bien y celebrar.

Pedí (y pagué) mi pizza y me acerqué a los chicos que estaban al lado, en China Wok. Cuando me estaba acercando a Oliver, dijo «Temblor!» y algo más en tono sarcático que ya no recuerdo. Sacó su Milestone para escribir en Twitter cuando el temblor incrementó violentamente. Oliver mismo se detuvo. Nunca antes había estado en un sitio público durante un sismo (es decir, si no contamos el colegio). Me quedé de pie mirando la reacción de la gente: algunos empezaron a correr, otros estaban quietos y alguien del personal de Plaza del Sol trataba de calmar a la gente. Entonces uno de los vidrios estalló (creo que fue del Coney Park) y el ruido hizo entrar en pánico a muchos.

Con Oliver miramos hacia arriba y veía moverse todas las luminarias y cosas suspendidas del techo. Me di cuenta que tenía el vuelto de la pizza en la mano y me lo guardé en el bolsillo. Empezó a caer polvillo del techo, se caían los mosaicos de las columnas y empecé a caminar con un brazo arriba, con temor que algo me cayese encima. En realidad no era mucho, pero la impresión general que te daban todas las cositas y el ruido del vidrio era como que todo se venía abajo. Al girar, el personal del Pizza Hut estaba saliendo de su puesto. Una de las chicas saltó por encima del mostrador. Yo aún tenía mi recibo del Pizza Hut en la mano.

Toda la gente estaba corriendo en dirección a las escaleras. Me acerqué a una de las columnas (con su signo verde de «Zona Segura») y allí estaba una señora cargando a un niño de 3 o 4 años y su hija ya de edad escolar. La señora me dijo, «Ayúdeme por favor,» y yo me acerco a ella y le digo, «Cámese, señora, vamos a esperar que pase.» Volteo y veo a Oliver filmando con su Milestone. Al principio no le entendía a qué tipo de ayuda se refería la señora. Pensé que me hablaba de no dejarla sola o de protegerla. «Ayúdeme con mi hijo,» me decía y yo le contestaba, «Sí señora, yo le voy a ayudar, pero debe calmarse.» Su hija decía, «Señor, ayúdanos.»

La señora se acerca a mí y me dice otra vez, «Ayúdeme, mi hijo» y entonces recién le entendí.
«Quiere que cargue a su hijo?»
«Sí.»
Tomé al chico y la señora empezó a caminar hacia la escaleras.
«Espere, señora, todavía no,» le dije, pero ella quería salir de allí.

Cuando tomé al chico, gimió un poco al separarse de su madre, pero se calmó al ver que estaba cerca, y que yo les estaba siguiendo. Llegamos a las escaleras mecánicas y seguía tratando de convencer a la señora que aún no era seguro avanzar. «Puede haber una réplica,» pero ella me jalaba y me rogaba por favor que no la dejara.
Volteé para buscar a Oliver y le señalé que estaba cargando al niño y que me iría por mi cuenta. Bajamos las escaleras sin ninguna novedad. Toda la gente avanzaba a la par, rostros angustiados, mujeres llorando, empleados cerrando sus locales, celulares que daban tono de red ocupada. Me di cuenta que tenía el recibo de la pizza en la mano y me la guardé.

Llegamos hasta la salida. «¿Casa?» dijo el niño. «Sí, vamos a la casa,» le dije.

La señora quería cruzar la pista y por enésima vez le decía que se detuviera, que era peligroso. Pero ella me dijo que quería cruzar al otro lado, que allí era seguro — cosa que lo es, pues al frente está el mercado La Palma que es abierto. Le dije que cruzara con cuidado. Un tipo en terno vino corriendo a gran velocidad en dirección contraria a los carros y por poco y golpea a la señora. Cruzamos finalmente y le dije, «Hasta aquí puedo ayudarla, tengo que ver a los míos.» Ella agradeció la ayuda y regresé a la entrada de Plaza del Sol, donde estaban Oliver y Diavolo.

«¡No he comido mi pizza!» les dije. Y empezamos a bromear. Oliver decía que ya sabía que alguna catátrofe ocurriría si venía Diavolo. «¡Feliz aniversario, Icaplanet!»

Cuando fui a buscar a Thalía y me detuve a esperar que pasen todos los carros, sentí otra réplica. Nadie a mi lado se había dado cuenta, pues estaban caminando o en actividad. Llegué a la oficina y estaba todo cerrado. La red celular estaba caída y no entraba ninguna llamada. Recién me di cuenta que tenía una llamada perdida de Lucy, que con el caminar no había sentido.

Llegué a casa y, gracias a Dios, todos estaban bien. Luego de mil llamadas finalmente pude hablar con Thalía, ambos aliviados de saber que estábamos bien.

Ya había pasado todo pero mis manos seguían temblando.

Journalling

Estuve leyendo un muy interesante artículo sobre journalling. Siempre entro en discusiones existenciales de cómo llevar mi journal: si en formato electrónico o escrito en papel. Y si es en papel, escoger una libreta apropiada. Entonces empiezo una libreta con muchos ánimos y pronto cae en desuso. Es un desastre.

Por otro lado me digo a mí mismo, no importa el medio ni las muchas formas en las que quieras escribir, siempre y cuando estés escribiendo y produciendo algo. Es al menos mejor que tener paralisis de análisis y no hacer nada. Es mejor probar y fallar a andar dándole miles de vueltas y nunca hacer nada — algo que sucede realmente con muchos otros proyectos míos (Retrazos, I’m looking at you).

Los medios du jour son: Momento en el iPhone, mi Journal Comic de papel, mi Journal Comic en la web y a veces mi cuaderno Levenger Circa.
Ando con ganas e ideas locas de usar o probar como journals: este blog (duh), oootra libreta/cuaderno y mi Palm. Sigh.

Ultimamente ando diciendo «No» a muchas cosas por factor tiempo, pero a esto le digo un «Sí» rotundo. Esto es importante para mí y deseo separarle tiempo y volverlo un hábito permanente. Pero de aquí a un tiempo se me bajarán las ganas y entonces lo abandono. Y luego me vuelvo a animar y vuelta al asunto. Es la historia de mi vida.

Una Canción del Pasado

Recordé una canción que escuchaba cuando era niño. Estaba en un cassette de mi hermano y lo escuchaba en una época cuando, después de un fuerte sismo estuvimos durmiendo en el primer piso de la casa. El cassette estaba suelto y no tenía ninguna manera de saber cómo se llamaba la canción o el artista. Era mi canción favorita de ese tiempo y la escuchaba repetidas veces.

Al recordarla vino a mi memoria también el ambiente de aquel entonces, cuando jugaba con mis muñecos de TMNT en mi cama, todas las camas agrupadas en un mismo cuarto, etc. Me vinieron unas ganas terribles de escuchar esa canción.

Siendo mi inglés no muy bueno en aquel entonces, me era difícil recordar ahora alguna parte de la letra. Pero sí recordaba la melodía y podía «reproducir» la canción en mi cabeza. Anoté en mi lista de pendientes sacar las notas en el teclado de la melodía inicial y preguntar en Ask Metafilter. Pensé que la comunidad lo identificaría en minutos mas no fue así. Nadie podía identificar mi grabación.

Repitiendo constantemente la canción en mi cabeza recordé el riff de la última parte y me vino a la cabeza la letra: «Oh, lay your money down.» Ni siquiera estaba seguro si decía eso exactamente o mi pobre inglés me estaba engañando. Me puse a hacer una búsqueda agresiva en Google topándome con muchas canciones que se llamaban «Lay your Money Down.» Finalmente, más allá de la página diez de los resultados de búsqueda encontré una letra y cantando un pedacito vi que coincidía. Busqué en Youtube la canción y, bingo, esa era.

Con ustedes, Gino Vannelli — Persona Non Grata.

De vuelta por enésima vez

Vuelvo con la proposición de retomar el hábito de escribir regularmente. Recordé esta parte de Finding Forrester y a Daniel Markham así que este es el enésimo intento de revivir este blog. La idea es, como Forrester, escribir primero y pensar después. Disculpas de antemano si luego de unos días desaparezco nuevamente o si escribo de manera desordenada y dispar.

Savre me escribió recientemente y recordé que tiempo atrás me había pedido que le diera una mano con su blog. Su correo me hizo recordar su blog y mi blog. Me da pena tenerlo tan descuidado. En mi diario privado escribí que me haría contento el volver a escribir regularmente en mi blog. So move those paws.

Cómo me Mantengo Ordenado

En Breve

  • Una pequeña libreta hecha a mano con un Pilot G-1 0.5.
  • iPhone 3G 8Gb con muchas alarmas y PlainText.
  • Scripts y ficheros de texto en la PC, sincronizados con Dropbox.
  • GNUCash para las finanzas.
  • El Método Gettings Things Done (GTD).
  • La Técnica Pomodoro.

    Empezando el Día

    Para despertarme uso una alarma del iPhone, actualmente puesto a las 7:30am. En ocasiones uso Sleep Cycle. Despertarme temprano es una de mis luchas constantes, así que siempre ando probando cositas y métodos para despertarme a tiempo y aprovechar bien el día.

    A continuación tengo mi devocional, actualmente estudiando la epístola a los Colosenses.

    Luego reviso mi calendario. Uso Google Calendar y el calendario del iPhone (prefiero el List View), ambos sincronizados entre sí, de modo que no se me pierde nada. En el Calendario anoto las cosas que deben hacerse en ese día y nada más. Antes, cuando me encontraba con alguna tarea por hacer, la anotaba arbitrariamente en el calendario, pero eso generaba desconfianza pues llegada la hora sabía que no era importante hacerlo en ese momento y la tarea quedaba sin hacer. Entonces, la regla estricta es: en el Calendario solamente van las cosas que tienen que hacerse en ese día y únicamente en ese día.
    Cuando tengo tareas que debo hacer en un determinado día, pero es muy futuro como para determinar la hora exacta, lo anoto como un evento si hora (All Day), y llegado el día lo agendo apropiadamente.


    Mi Calendario

    Todo lo que voy a hacer en el día está en un fichero @Today.txt que, via Dropbox, está sincronizando en mi PC y mi iPhone (usando PlainText). Me mantengo organizado usando ficheros de texto, pues a pesar que existen excelentes aplicaciones de «To Do,» todos sufren de tener formatos propietarios. Con texto plano, mis entradas son portables, fáciles de editar y sacar backup. El formato es sencillo, cada entrada tiene un guión de prefijo, y cada entrada hecha es marcada con un asterisco. Esto lo coloreo en Vim de modo que queda guapito.


    @Today.txt

    Entonces, reviso mis pendientes según los criterios de GTD y armo mi día allí. Esta es una divergencia del método GTD, ya que supuestamente solo debo revisar cada lista según el Contexto, pero me resulta mejor tener una visión general de lo que tengo que hacer en el día. Es también satisfactorio terminar el día y tener gran parte de los pendientes marcados como hechos.

    La Mini-Libreta

    He probado diversas libretas pero ninguna ha sido de mi agrado. Algunas son muy grandes, otras son muy gruesas, otras tienen el papel muy delgado, etc. Luego de cortar papel, cartulina y un poco de goma, me hice mi libreta ideal — lo suficientemente pequeña y delgada para llevarla a todos lados sin que me incomode. A veces reviso mi bolsillo pensando que se me ha olvidado, pero allí está.


    Mi Mini-Libreta

    En la parte trasera he pegado un cartón grueso (un tríptico viejo de productos Wacom) para que la libreta no se doble al escribir. La principal incomodidad que tengo con una libreta de este tamaño es que mi mano queda suspendida en el aire al escribir. Lo que hago entonces es escribir con la libreta «echada,» dividiendo la hoja en columnas, lo más pegado posible a la izquierda, de modo que mi mano se apoya en la misma libreta.

    Siempre he sido fan de usar mi Palm IIIx y luego mi iPhone como captura de datos, pero hay ocasiones que por estar en una zona peligrosa o solitaria prefiero no sacar mi iPhone. Adicionalmente, mi viejo 3G se tarda mucho en abrir la aplicación, y para ese entonces ya he olvidado lo que quería anotar. ¡Y me ha pasado varias veces! De modo que decidí llevar la mini-libreta como método de captura secundaria. Así nadie va a querer robarle a un tipo una libreta de papel. :)

    Mi Pequeña Libreta

    El iPhone 3G

    Actualmente tengo un viejo iPhone 3G de 8Gb. Este es mi Homescreen:


    Mi Homescreen

    La aplicación donde anoto todo es PlainText que se sincroniza con Dropbox. Para mis otros ficheros y memos, uso la aplicación propia de Dropbox.


    PlainText

    Ya hablé del Calendario. Otra aplicación crucial de mi iPhone son las alarmas. Uso muchas alarmas, una para despertarme, otra todos los Jueves para actualizar la Cartelera de Cine, otras para no olvidar pedidos, etc. Las alarmas me han servido para establecer hábitos, como el de chequear mi Calendario todas las mañanas. Cuando vi que lo estaba haciendo regularmente sin ayuda de la alarma finalmente lo desactivé.

    La PC

    Mi editor de texto es Vim. Allí mantengo mis ficheros de texto y varios scripts que me ayudan a mantenerme disciplinado. Siempre tengo una instancia de Vim abierta con mi @Today.txt y @Waiting For.txt, donde llevo la lista de cosas que están en espera (porque alguien más tiene que hacerlo, responderme, volver de viaje, etc).

    Via cron, cinco veces al día se ejecuta un script llamado «personal-ceo» que abre Vim con los siguientes ficheros de texto:

    • daily.txt – Un fichero de texto que lista las cosas que debo hacer todos los días. Allí las marco agrupadas por mes. De este modo tengo una referencia visual de mi progreso. El feedback es poderoso e inmediato.
    • weekly-list.txt – Similar a Daily, pero agrupado por semanas. Para saber en qué semana estoy, uso un pequeño script de Ruby.
    • monthly-list.txt – Idem, por meses. Este lleva la cuenta de mi progreso según mis Metas del Año.
    • 2011.txt – Incluyo también mi lista de Metas del Año (2011, en este caso), para tener un recordatorio de lo que quiero lograr. En Julio reviso mis Metas para asegurarme que voy por buen camino o que hay que realizar algún ajuste, pues en el transcurso del año hay imprevistos que uno no puede preveer.


    daily.txt

    La idea es que mientras trabajo en la PC, se abre ejecuta este script y me recuerda las cosas que debo hacer y así me mantengo siempre ordenado, enfocado y en piloto automático. Es como mi asistente personal que me interrumpe y me dice, «Hey, ¿ya has hecho esto?»

    Usando Zenity me muestro algunos recordatorios cuando estoy sentado en la computadora. Dos, para ser exactos: «Gnucash. Now.» a las 10pm para recordarme de actualizar mis finanzas en GNUcash y, a las 12am, «Vete a dormir, oe.» :)

    Para ponerme a trabajar uso la Técnica Pomodoro, usando Tomighty como temporizador. En cada descanso doy un par de vueltas para combatir el sedentarismo o me pongo a dibujar.

    Las Copias de Seguridad

    • Crimson: Mi netbook y principal máquina de trabajo, con Ubuntu. A las cuatro de la mañana tengo un cron que hace backups automáticos a Strongspace usando rsync y expect. Un script saca también backups de mi MySQL. Adicionalmente, Dropbox mantiene una copia de varios de mis ficheros de texto con que me organizo o mantengo mis listas.
    • Ocelot: Mi PC de escritorio con Windows XP Professional. A las tres de la mañana un rsync agendado saca backup de mis particiones a un disco duro de 500Gb.

    Como toda la información crucial está en Crimson, los backups más importantes se van a Strongspace. En Ocelot lo más importante es toda la música que he comprado y mis apps de iTunes. Aún no me he tomado el tiempo de incluir eso como backup a Strongspace.

    Las Finanzas

    Solía usar Expenses Mobile en mi iPhone para llevar mis ingresos y gastos, pero ahora uso mi mini-libreta. Al final del día copio todo a GNUCash.

    Tengo un fichero en OpenOffice Calc en el que llevo un gráfico de mis ingresos, egresos y mi balance, para tener una buena idea de cómo voy. Esta hoja la actualizo el día cinco de cada mes.

    Los Problemas

    Siempre que viajo o hay un cambio que interrumpe mi rutina (e.g. huéspedes en la casa) empiezo a desordenarme. El estar lejos de la PC y mi script personal-ceo y mis recordatorios hacen que descuide anotar mis gastos y por inercia dejo de hacerlo por varios días. Finalmente me veo forzado a tener que anotar el dinero que no cuadra como un gasto «Adjustment,» lo cual detesto. Del mismo modo me pasa con mi horario de despertar, mi devocional, etc. Mientras mi ubicación y rutina permanezca estable, todo va bien.

    La ventaja de estar organizado así es que fácilmente puedo regresar a mi rutina y al orden, pues ya todo está pensado y establecido de antemano.

    Hay cosas importantes que aún no logro establecer como hábito; uno es el de hacer el Weekly Review, una revisión semanal de todo lo pendiente. Hay cosas que se me escapan y luego me causan problemas. Lo peor es que casi siempre tienen que ver con un acuerdo con otras personas, de modo que causo la impresión de desordenado o impuntual. Esto es lo segundo: sucede que estoy en una conversación con alguien, acordamos algo y seguimos conversando. Es allí cuando se me olvida anotarlo en mi mini-libreta o ponerlo en mi calendario y entonces se me va. Son dos cosas muy cruciales que necesito mejorar pues dañan mucho mi imagen.

  • Ideas of March

    Siguiendo la iniciativa de Chris Shiflett; razones por las que me gustan los Blogs:

    • Si bien hay mucho ruido y escritos de baja calidad, hay otros escritores muy buenos que constantemente escriben cosas muy interesantes que me inspiran y me hacen llorar.
    • Sin los blogs, no aprendería valiosas lecciones y observaciones de James Gurney sobre arte y pintura.
    • Mi hermano ha empezado a mantener un blog también, así que puedo leer las cosas interesantes que piensa.
    • Y lo que ando esperando con ansias es que mi pata Savre resucite su blog. ¡Vamos, chochera!

    Finalmente, prometo escribir más en mi blog este 2011.

    God Bless America

    De niños, nuestros padres nos inscribieron en un instituto de inglés llamado «One World,» lo cual fue una pieza clave para mi desarrollo personal.

    Mi hermano y mi hermana aprendieron allí una canción en inglés, «God bless America,» la cual les gustaba cantar con frecuencia.

    God Bless America, land that I love

    Habrá sido la repetición, o quizás esa habilidad infantil de aprender rápido las cosas, no lo sé. El hecho es que yo también aprendí a cantar «God bless America.» Lo pintoresco es que nunca leí la letra, sino que lo memoricé de oído escuchando a mis hermanos. Habían palabras en inglés que no conocía — lo que cantaba eran los sonidos tal cual creía que eran.

    Tengo esta memoria de mi niñez, con mis hermanos en nuestro Toyota rojo cantando juntos, y Juampa corrigiéndome.

    Stand beside her, and guide her thru the night with a light from above.

    Juampa y yo estudiábamos juntos en el instituto. Debía tener algo de siete u ocho años. Cierto día interrumpió la clase una profesora que nos había enseñado varios ciclos atrás. Se llamaba Ivonne. Le pidió al profesor que nos diese permiso un momento. Seguidamente nos llevó hacia otro salón donde estaban varios alumnos de mucha mayor edad que nosotros.

    La profesora anunció — y recién me enteré — que nosotros íbamos a cantar «God bless America» para que ellos aprendan la melodía.

    From the mountains, to the prairies, to the oceans, white with foam

    Estando con mi hermano no me dio pánico escénico, sino que obedientemente empezamos a cantar. Quizás los alumnos habrán pensado que mi problema era enteramente pronunciación y no el hilarante hecho de que no tenía la menor idea de lo que estaba cantando.

    God bless America, My home sweet home.

    No fue sino muchísimos años después que, movido por la curiosidad, aprendí que el «angáijer» era «and guide her,» y «güai-y-fón» era «white with foam.» Fue una revelación épica, comparable quizás con el descubrimiento de América.

    God bless America, My home sweet home.