Cómo ser más productivo (Parte 1)

Este es un pequeño resumen del artículo escrito por Aaron Swartz sobre cómo ser más productivo. No voy a hacer una traducción, ya que es una labor muy tediosa. He puesto algunas observaciones mías adicionales ya que mucho de lo que dice Swartz también lo han expresado y profundizado otros.

  • La primera idea importante que debemos saber es que hay distintos «tipos» de tiempo. Hay momentos en que estamos rebosantes de energía y hay momentos en los cuales estamos cansados o quizás enfermos.
  • Para ser más productivos tenemos que hacer lo mejor posible en cada uno de estos tiempos. El hecho de que nos sintamos tristes o desganados no debe evitar que podamos usar el tiempo en algo productivo — como alguna labor repetitiva que no requiera pensar mucho (como lavar los platos u ordenar el dormitorio).
  • Usar el tiempo eficientemente
    • La vida es corta, y por lo tanto es tonto gastarlo en cosas vanas. Es fácil empezar a trabajar en algo porque es conveniente o fácil, pero siempre debes estar cuestionándote si no hay algo mejor o importante por hacer. En algún momento hay que trazar una línea, de lo contrario siempre estaríamos queriendo resolver el Problema Más Grande.
    • Ten varias cosas productivas para hacer. Es un mito que para hacer una cosa bien hay que dedicarse exclusivamente a ella de principio a fin. Recordemos que hay diferentes tipos de tiempo, por lo tanto, cuando te sientas cansado puedes cambiar de tarea a otra cosa productiva que sea apropiada para un tipo de tiempo «bajo.»
    • Esto también te hace más creativo. La creatividad viene de aplicar cosas que aprendes de un campo en otro campo distinto. Si trabajas en diferentes proyectos de diferentes naturalezas, tienes un conjunto más grande de ideas por aplicar. Este es el concepto que exploré en mi post «Fuera de contexto.»
    • Hay que tener a la mano una lista de cosas importantes/productivas por hacer. Si vamos querer guardar esta lista en la cabeza, nos vamos a volver locos. Es estresante y preocupante hacer esto, pero la solución es muy sencilla: escríbela. Sea papel, computadora o Blackberry, el hecho de tenerlo en una «memoria» externa que no sea nuestro cerebro alivia bastante y reduce la preocupación y el stress.
      Uno se alivia del «siento que se me olvida algo…» y también de recordar demasiado tarde una cita/compra/promesa. Basta mirar el papel y listo.
    • Integra esta lista en tu vida. Un problema común es recordar ver nuestra lista en los momentos adecuados (e.g.: lista de compras cuando estamos cerca de la bodega, mails por enviar cuando tenemos internet). La idea de Aaron es colocar esas listas en los lugares donde de todos modos los vamos a ver. Por ejemplo, Aaron tiene una pila de libros por leer, con el libro actual que está leyendo al tope. Cada vez que quiere leer un libro, simplemente coge el primer libro.
      • Ideas para formas más «intrusivas» de hacer esto: páginas web con enlaces para leer cuando se está navegando. Un pop-up con sugerencias para trabajar cuando uno está tonteando.
      • Algo mío: DelayMail, un aplicativo que me permite enviarme mails en una fecha futura con cosas por hacer para mi regreso de Lima, al cierre de un proyecto, dentro de dos semanas para recordarme devolver o pedir devuelto algo.
  • Elevar la calidad del tiempo
    • Facilitar cosas físicas
      • Lleva lapicero y papel. Aaron dice que las personas más interesantes que conoce tienen algún tipo de libreta de bolsillo que cargan siempre consigo.
      • Evita ser interrumpido. Huye de las personas que te interrumpen hacia lugares a donde no te puedan interrumpir, o ponte de acuerdo con ellos para que no te interrumpan bajo ciertas circunstancias (si te ven usando audífonos, o con la bandera puesta).
    • Facilitar cosas mentales
      • Come, duerme, has ejercicio. Cuando tienes hambre o estás cansado, el tipo de tiempo es de «baja calidad.» Mejorarlo es muy sencillo: come, duerme, has ejercicio. Sin embargo, Aaron (y yo) somos propensos a arruinar algo tan sencillo. Por estar avocados a una tarea evitamos comer y al final uno termina cansado por el hambre que con las justas uno sale a comer.
      • Es muy fácil decir: «Sé que estoy cansado, pero no puedo tomar una siesta, tengo trabajo por hacer.» Sin embargo, serás más productivo si es que tomas esa siesta, ya que mejorarás la calidad de tiempo del resto del día — y de todos modos tienes que descansar en algún momento dado.
      • Sobre el ejercicio, Aaron no hace sugerencias mayores ya que «no es la mejor persona para hacerlo.» Yo sugiero al menos una cosa: el capítulo de ejercicios de The Hacker’s Diet (no se rían del título, es un libro serio, fenomenalmente bueno y gratis).
      • Habla con personas alegres. Estas personas recargan tus energías, te inspiran y te ayudan a ver las cosas de mejor manera. Esto me falta mucho.
      • Comparte la carga, un problema grande se divide y se hace fácil con dos personas.

Lo siento, se me acabó el tiempo. :( Prometo terminar en otro post lo que es una de las partes más importantes del artículo de Aaron: la procrastinación y cómo vencerla. Espero que este bosquejo sea de mucha ayuda.

Cambio de frecuencia publicación de Retrazos

Sacando el jugo por aquí y por allá, durmiendo media hora menos un día o dos… así he estado tratando de cumplir la frecuencia de publicación de Retrazos.

Uno de los motivos por los cuales inicié este proyecto era para demostrarme a mí mismo que podía tener la autodisciplina y perseverancia para mantener una frecuencia fija de publicación. Si bien es cierto que han habido habido semanas que por motivos de trabajo no he podido publicar nada, considero que el proyecto ha sido un éxito y que he logrado las metas trazadas.

He aprendido mucho y experimentado bastante. Hay varios dibujos que nunca vieron la luz pero que sirvieron de base para otros o fueron la idea para un experimento con alguna brocha o característica que no he usado de mi Photoshop Elements. Es realmente divertido hacer esto, pero a veces siento que quiero hacer algo más acabado, más pulido, ponerle horas, días y semanas enteras a un dibujo y editar, editar, editar hasta quedar contento.

«Eyes on You» – A este dibujo le dí mucho más tiempo y edición que a cualquier otro Retrazo y es actualmente mi favorito.

Adicionalmente, necesito tiempo para hacer otros proyectos personales realidad y aceptar nuevas responsabilidades en mi vida. Es por eso que he decidido cambiar la frecuencia de publicación de Retrazos a ninguna fija. Trataré de publicar al menos un dibujo a la semana, ya que el compromiso de hacer un Retrazo contra el tiempo mueve los jugos creativos de uno.

Esa fue una de las ideas que inspiraron todo esto, después de todo.

Dos cosas que he aprendido

1) Es tonto proponerse metas para el año, escribirlas bonito, para luego revisarlas a fin de año y descubrir que no lograste ninguna. Debes revisar tus metas propuestas todos los días, a cada momento. Si no eres consciente del destino, ¿cómo puedes saber si vas por buen camino?
«¿Cómo es que un proyecto se atrasa un año de lo cronogramado? Un día a la vez.» – Fred Brooks

2) Es irrealista pensar que mágicamente tus hijos se van a portar tranquilos el Domingo en la iglesia cuando no les enseñas disciplina durante toda la semana.
-«Esos niños necesitan disciplina,» le comenté una vez a Toño.
-«Primero hay que disciplinar a los padres,» me contestó.

Nuevo índice para jgwong.org

Tengo millones de pendientes, cosas por implementar, artículos por comprar, guías por escribir, libros por estudiar ¿y qué es lo que termino haciendo? Una nueva portada para mi web.

En mi defensa, eso estaba en mi lista de cosas por hacer desde el año pasado, así que he podido tachar ese item finalmente.

Oh, y como estaba viendo las páginas personales de otras personas, visité nuevamente la página de Aaron Swartz y encontré este excelente artículo titulado «Cómo ser más productivo.» que se los recomiendo altísimamente.
Tengo que escribir un post acerca de ese artículo para mis amigos que no hablan inglés porque es muy bueno.

Ok, ahora a estudiar. Go! Go! Go! :)

Drew Struzan y su flexibilidad a los cambios

Drew Struzan es el más famoso de los artistas de posters de películas. Su carrera se inició prácticamente con un poster para Star Wars y desde entonces ha hecho incontables posters para todo tipo de películas.

Cuando salió el Episodio I de Star Wars me compré el score de John Williams que tenía el mismo arte del poster que había creado Struzan. Años después cuando salió Harry Potter, vi el poster en el cine y reconocí la semejanza con el arte del Episodio I. Me dije: «Se han copiado el mismo estilo.» No cruzó por mi cabeza pensar que se trataba del mismo artista hasta que después, haciendo tarea por internet, conocí finalmente a Drew Struzan, autor, obviamente, de sendos posters.

Hay bastante información acerca de su persona en internet, así que no pienso repetir el trabajo de otros. Lo que quisiera resaltar es lo que he aprendido acerca de su carrera en Hollywood (refiriéndome a todo ese sistema que produce películas).
Hace tiempo estuve leyendo sobre cómo se escriben guiones para Hollywood y lo gracioso es que no existe ningún standard. Todos lo hacen a su manera y a su forma. Le encuentro mucho parecido al desarrollo de software: todos obtienen sus resultados a su manera. Hay ciertas tendencias o procedimientos comunes, pero el resto cada uno se las arregla a su manera.

Pues para hacer posters, tampoco hay standard. Drew Struzan tuvo que lidiar con el estilo de cada cliente para satisfacerlo. Por ejemplo, para el poster de «Thunder and Lightning» llamaron a Drew a las cinco de la tarde y le pidieron hacer un poster. Para el día siguiente. En la mañana. No tenían ni concepto ni letras ni nada. Drew entregó el trabajo al día siguiente a las nueve de la mañana.

«La Cosa» fue, eh, otra cosa. No solamente fue una película de terror sino también un proyecto de terror. Llamaron a Drew con lo mismo: poster para mañana en la mañana. Pero esta vez no hay material de referencia, ni concepto ni nada en qué basarse. Era un remake de «La Cosa» de 1951. ¿Cómo puedes dibujar un poster de algo que ni siquiera has visto?
Al día siguiente temprano recogieron el poster y de frente se lo llevaron a la imprenta. La pintura estaba tan fresca que se quedó pegada en el vidrio de la máquina separadora.

Ese es Hollywood.

Lo cual me lleva a pensar que muchas veces es así también el desarrollo de software donde los clientes te vienen con unas exigencias que son URGENTE y que, en ocasiones, se queda «pegado» en el servidor. Y luego viene la queja, por supuesto.

Así como los artistas dieron gracias al cielo por la invención de los acrílicos, hoy le invitaría miles de ceviches a los autores de Rails y Django por tener el equivalente a la pintura acrílica: un medio para pintar tan flexible y que se seca rápidamente. Cuando empiezas a trabajar con toda esta presión se hace crítico automatizar, innovar, ser más eficiente, ser más rápido. Escribo macros en mi editor que jamás volveré a usar, programo scripts que programen por mí y, horror de horrores, pavor de pavores y peguen todos un grito en el cielo y acribíllenme con balas de plata, estoy empezando a programar «defensivamente» sacrificando velocidad del programa por velocidad de programación.

Drew Struzan tuvo que hacerse de trucos para poder trabajar al caprichoso e impredecible ritmo de Hollywood: primero pintaba una base de gesso a la superficie para poder hacer todos los cambios que se le ocurriesen a los clientes. Luego trabajaba con acrílicos y los detalles los hacía con lápices de colores. Este procedimiento fue evolucionando poco a poco. Los clientes eran tan impredecibles con sus cambios y requerimientos que no debería sorprendernos también sus abandonos, robos y traiciones (se llevaban los preliminares que les presentaba Drew y hacían que los terminaran otros artistas).

La verdad es que me siento cansado y frustrado de este ritmo. Creo que estoy pasando por cierta etapa de transición o algo, no lo sé. Lo único que sé es que no me siento como antes con lo que hago. I think I’ve burnout.

Creo que necesito descansar.

No perdamos el enfoque

Este es un extracto modificado y extendido de un, eh, desquite escrito en otro lado que no viene al caso mencionar. Es una lección que he estado aprendiendo últimamente y que estoy viendo repetirse a menudo y me encuentro a mí mismo diciendo la misma frase: «No hay que perder el enfoque.»

Muchas personas dicen entonces que eso no es «el standard de la industria,» o parte de las «mejores prácticas.» Y en repetidas veces esas cosas nos llevan erradamente a perseguir procedimientos o caminos en lugar de concentrarnos en resolver el problema.

«Hay que usar la mejor herramienta para el trabajo,» dice la sugerencia. Pero si tengo un apuro en abrir el case de mi computadora en una emergencia y lo único que tengo a la mano es un cuchillo y no un destornillador estrella, ¿adivinen qué es lo que voy a usar?

No, tonto. Tienes que conseguirte el destornillador estrella. Es el standard. Nos regimos y seguimos reglas sin entender el verdadero significado de por qué han sido definidas y la razón de su existencia.

Un extremo claro son los hospitales donde no te pueden atender a menos que llenes antes un formulario, porque «ese es el procedimiento.» Procedimientos, primero — el ser humano después. Se pierde el enfoque y la claridez de lo que se está haciendo, el objetivo que se quiere lograr; en el caso de un hospital, brindar atención médica a las personas.

Por supuesto, es otro gigantesco error irnos al otro extremo y decir que las reglas y procedimientos no sirven para nada e ignorarlos olímpicamente. Se llaman «mejores prácticas» por un motivo válido. Se establecen procedimientos por ciertas razones. Lo importante es entender y discernir el propósito de cada procedimiento y hacer lo correcto en cada caso.

Cuando perdemos el enfoque todo se viene abajo. Pensamos que el numerito obtenido de un examen determina la proficiencia de una persona en dicho curso y no es así. Pensamos equivocadamente que se puede representar la aptitud o inteligencia de una persona con un solo número y es una tontería.
Alabamos una buena nota y castigamos una mala nota sin discernir que es una mera figura, una representación pálida. Alguien con una plagia o una memoria fotográfica puede transcribir, palabra por palabra, lo que tiene y obtener una buena nota. Alguien que ha estudiado duro, pero que al final se llenó de nervios por la importancia que tiene pasar este curso obtiene al final una mala nota. No rindió al 100% de sus habilidades, no por su conocimiento, sino por un factor externo. Y no podemos decir «No sabe, no estudió, la nota baja lo demuestra,» porque es un estúpido escalar que no representa nada.

Y entonces aparecen los que se van al otro extremo y puntillean, ¿Significa eso que debemos de eliminar todas las notas? ¿Que el sistema no sirve y que no debemos basarnos en ello? Que no, carambas. Es necesario tener un punto de referencia, una manera de medir el aprendizaje — pero tomémoslo como tal, como una referencia.
«Veo que sus notas de colegio, estimado entrevistado, son deficientes. Es usted, pues, un bruto y no lo necesitamos en nuestra empresa.»
Ajá. El divorcio de mis padres durante esa época no tuvo nada que ver. ¿Qué tal si me hace un par de preguntas o me toma un examen de aptitud y vemos si, en la práctica, soy realmente útil para su empresa? ¿O si mira los proyectos que he estado haciendo?

Oh no, papelito manda.

El año pasado cuando entrevisté a personas buscando un programador me importó un comino o dos si venían vestidos en terno o en chancletas, si habían estudiado en La Católica o con su primo Juancito. A todos les hice las mismas preguntas y ninguno, NINGUNO, pudo completarme una tarea de programación. Mi elección se hizo en base a la forma cómo intentaron razonar para salir del apuro, porque lo que buscaba es alguien que sepa razonar, no que tenga las siglas «Ing.» delante de su nombre, sino alguien con aptitud, alguien con potencial y capacidad. No alguien que sepa «Java» y «PHP» porque nuestra industria se mueve tan rápido que «Java» y «PHP» van a ser obsoletos o desplazados de todas maneras.

Debemos de detenernos un momento a pensar y observar si estamos siguiendo reglas ciegamente o estamos usando la razón. Hace años atrás renuncié a un buen trabajo en Lima por la sencilla razón que ese trabajo se convirtió en todo y llegué al límite de querer abandonar por completo a mi Señor.
La incomprensión de personas no creyentes no me sorprendió — lo que me sorprendió fue la incomprensión de creyentes que consideraron «tonta» y absurda mi decisión. «¿Por qué un creyente no puede ser rico?» preguntó una creyente y es como si no hubiese entendido nada en toda su vida.
Su patrón de éxito estaba marcado por lo que el mundo dice y no por lo que Dios dice. Nuestra mira y nuestra meta es otra. Es tan desorientado como decir que lo más importante en el colegio es haber llenado la mayor cantidad de álbumes de figuritas que todos los demás en la historia del colegio. «¿Y por qué un alumno no puede tener la mayor cantidad posible de álbumes?»

Mi conclusión es: no debemos perder el enfoque del por qué de las cosas, del motivo y razón detrás de cada standard, cada regla, costumbre o procedimiento. No obedezcamos ciegamente las cosas porque «así son,» «siempre han sido así» y «los demás también lo hacen» sino usemos el razonamiento y la sabiduría para hacer siempre lo Correcto.

(Y lo Correcto en reiteradas ocasiones rompe las reglas.)

Señales de vida

No, no estoy muerto. Estuve con una carga de trabajo titánica y he tenido que ordenar mis prioridades para dejar de hacer muchas cosas, como escribir aquí o dibujar para Retrazos.

Tengo varios mails pendientes también. Necesito tiempo para ordenarme, salir de compras y hacer todas las cosas que he aplazado. Sigh. Como dice Kike, «así pasa cuando sucede.» Mientras sea la excepción y no la regla, estamos bien.