Cuando Marietta se compró sus libros de medicina, me impresionaron dos: uno que contenía fotos (el «Yokochi») y otro que contenía solamente ilustraciones (los libros de «Netter»). Una vez me puse a hojear el libro de «Netter» y mirar las ilustraciones. Casi tenía la nariz pegada en el libro porque eran figuras bien detalladas. No hace mucho me puse a averiguar un poco más acerca de «Netter» y conocí a la persona y obra del Doctor Frank Henry Netter.
Frank Netter es EL ilustrador médico, y la vara de medida para todos los que viven bajo su sombra. Nació en 1906, y su gusto desde pequeño fue por el dibujo y la ilustración. Desde que era chico empezó a dibujar y observar los detalles de las personas. Estudió en el National Academy of Design y el Art Students’ League. Culminados sus estudios ya era un ilustrador comercial hecho y derecho y llegó a hacer trabajos para The Saturday Evening Post y el New York Times. Inclusive llegó a entablar amistad con el maestro Norman Rockwell.
Sin embargo su madre no quería que fuese artista sino doctor. Tenía miedo que su hijo se acostumbrara al estilo de vida bohemio de los artistas (¿dónde he escuchado eso antes?) y le insistía que fuese médico. Cuando ella falleció, Frank hizo honor a su deseo y se puso a estudiar medicina.
Durante sus clases, hacía dibujos porque así le ayudaba a memorizar más y entender mejor lo que iba aprendiendo. Eventualmente, algunos profesores notaron su habilidad y le pidieron que haga algunos dibujos para sus libros o trabajos de investigación, actividad que continuó durante todos sus estudios e internado.
Su habilidad cultivada para el dibujo y sus conocimientos adquiridos de medicina hicieron una combinación única para su época. Cuando finalmente ejerció su carrera, Estados Unidos estaba en la Gran Depresión. Los pacientes que entraban no tenían con qué pagar. Mientras tanto, las compañías farmacéuticas desarrollaban nuevas drogas y medicinas que necesitaban publicitar, asi que se pusieron en contacto con Netter. Así empezó a hacer ilustraciones según se presentaban algunas oportunidades.
Para cierta comisión, él pidió $1,500 por 5 ilustraciones. Le malentendieron el precio y le aceptaron, pagándole $1,500 por cada ilustración ($7,500 en total). En ese momento, Frank H. Netter dejó de practicar medicina y se dedicó a hacer ilustraciones médicas. Ciba Pharmaceutical Products hizo varias comisiones a Netter, una relación que duró prácticamente toda su vida. Uno de sus primeros trabajos fue una ilustración de un corazón para una publicidad que se hizo tan famosa que se mandó reimprimir sin la publicidad.
Los dibujos que hizo Netter para Ciba fueron recopilados en «The Ciba Collection of Medical Illustrations,» que contiene ilustraciones de anatomía, fisiología, patología e histología — altamente detallado. Es considerado como «el servicio promocional más perfectamente ejecutado para la medicina jamás hecho.»
La obra maestra de Netter sería finalmente el «Atlas of Human Anatomy,» material obligatorio para todo estudiante de Medicina, de donde viene el «Netter» de mi Marietta. Lastimosamente, el Atlas vendría a ser su obra final. Falleció dos años después de su publicación. Desde entonces ha sido editado y expandido con los avances de la medicina, algunas ilustraciones hechas por el brasileño Carlos Machado.
Netter hacía sus bocetos a lápiz y trabajaba con guache. Los toques finales los hacía con lápices de colores y pintura opaca. Su trabajo es extremadamente detallado. Netter quitaba lo morboso de cada órgano y lo representaba con precisión y belleza. Cuando dibujaba a los pacientes, los dibujaba como seres vivos y personas reales. «Siempre he tratado de hacer que se vea como un paciente vivo,» dijo Netter, «con expresiones faciales apropiadas y lo demás, para mostrar que no es una máquina con quien estamos tratando. No estamos reparando una televisión cuando tratamos a estos pacientes.» Un verdadero médico.
Frank Netter falleció en 1991 a los 85 años de edad. La calidad y precisión de su arte le hizo obtener el apodo del «Miguel Angel de la Medicina.» Hizo más de 4,000 ilustraciones (!!!) y su trabajo es grandemente reconocido por el mundo médico.
Netter dijo una vez, «Las figuras son trabajo duro — nos fuerzan a pensar claramente y lógicamente. Uno puede escribir o hablar alrededor de un tema que no conoce bien, pero escasamente uno puede dejar espacios en blanco en la mitad de una figura; la figura tiene que encajar apropiadamente.»
Encaja perfectamente, Doctor.