Mi ilustración para los Derechos del Niño a la Lectura

Hace un mes atrás, la Casa del Arbol hizo un llamado a ilustradores peruanos para participar con dibujos para los 20 Derechos del Niño a la Lectura. Me gustó mucho la iniciativa de este proyecto, ya que la lectura es algo tan descuidado en la educación de nuestros días y hay que hacer lo posible por contribuir a promover este hábito fundamental.

Inicialmente me incliné a escoger el primero que estaba libre, creo que era el Derecho 4. Esa noche le mostré a Mar la página con los derechos y le dije que quería participar. Nos leímos todos los derechos y entonces llegamos al Derecho 19: “Enseñanza óptima de la comprensión lectora por parte de los maestros.”
El derecho dice así:

“Tienes derecho a pensar que la frase u oración más marginal de un texto contiene la idea principal, si a ti te parece; a que las pruebas de comprensión lectora las resuelvan los profesores o, de lo contrario, se arranquen esas páginas.”

Le comenté a Mar cómo este aspecto es importante. Soy profesor de dos clases en mi iglesia, una para niños de 4to a 6to de primaria y otra para adolescentes, y en ambos casos he observado que algunos chicos leen y no entienden bien lo que leen. Los chicos memorizan versículos pero no entienden su significado. Su capacidad de comprensión no es completa y por lo tanto no logran encontrar la idea o respuesta.
Entonces me decidí a cambiar mi elección por este derecho, pues me siento obligado a apoyar este aspecto en la educación de los niños.

Todo empieza con una idea y un bosquejo, que en mi caso por atareado y apurado fue un desgano exactamente así:

Bueno, lo importante era que tenía el concepto en la cabeza. Lo escaneé (no sé para qué realmente) y empecé a dibujar encima. Uso una tableta Wacom Graphire3, la más chiquitita, y el Photoshop Elements 2.0 que viene incluído. Conforme fui dibujando fui añadiendo más ideas, como Papá Oso y una taza. Quise poner una vela a un costado, pero pensando que eso iba a complicar bastante el coloreado después, me decidí poner a un pájaro. Se lo mostré a Mar y ella pensó que era un loro, pero le dije que era un “pájaro tropical.” :) Me gusta mucho la expresión que tiene, es como si prestase más atención que el niño a la explicación de la Mamá.

Luego hice un par de arreglos más: que las orejas de Mamá Osa sean más chicas para resaltar su femeninidad, cambié la taza por una jarra de miel (“¡No comas miel mientras lees!”) y cambié la mesa por, eh, otro tipo de mesa más osezno. :)

Luego de eso, ¡a colorear!

En el proceso de coloreado me puse a experimentar una técnica que me explicó Christian Rosado, usando la herramienta “Smudge.” Hace tiempo intenté hacer lo mismo con Gimp, y debo seguir haciéndolo mal porque al final tuve que remitirme a las técnicas que conozco.

Tras muchos arreglos, detalles y ajustes por aquí y por allá, la obra final:

Hagan click sobre la imagen para ver una versión más grande. Hay varios detalles por allí regados, tanto chiquitos como grandes. El hecho de poner a Papá Oso, por ejemplo, es mi manera de decir que a los varones como Papás nos toca proveer a nuestros hijos de libros interesantes, de diversos temas y que estén todos a su alcance. Hay que cuidar la biblioteca, que no sólo es el estante oficial en la sala, sino también los periódicos y revistas que compramos — ¿qué portadas tienen? ¿Cuál es su contenido, y es bueno?

Los libros sobre los que está parado el pájaro tropical dicen: “Narnia,” “Alicia en el País de las Maravillas” y “See you Later,” hehehe. ;)
En el texto del libro abierto hay un “:)”, el símbolo pi y una silueta de Pucca. Hay otros detalles más, pero me los reservo.

Cada vez que miro el dibujo me dan ganas de ajustar cierto detalle, pero ¡alto! Hay que saber cuándo detenerse. Hay muchas cosas que me gustaría cambiar… me gustaría hacerle un fondo, una casita dentro de un árbol y muchas cosas detrás de los osos, pero lastimosamente el tiempo es tiempo y, a pesar que estoy entregando un día antes de la fecha final (¡milagro!), hay que detenerse en algún momento.

Me muero de ganas por ver el trabajo de los demás artistas. Me he divertido mucho haciendo esto… y me he preocupado mucho también. :) Da bastante satisfacción decir “Tarea cumplida.”

Así que ya saben Papis, apaguen esa tele y ayuden a sus hijos a comprender lo que leen.