Soulse escribió: «En todo caso no quiere decir que no existieran [los reyes magos]. La Biblia no es un texto historico ni fiel en detalles, si los mismos evangelios se contradicen en diferentes momentos.»
Soulse, la Biblia sí es un libro histórico y sí es fiel en detalles. Los arqueólogos recurren a ella tras haber confirmado que lo que se menciona allí es históricamente correcto. Hay muchos lugares y civilizaciones mencionados en la Biblia que han sido corroborados de manera arqueológica.
¿La tierra de Ur de Abraham? Corroborada.
¿Sumerios? Corroborados.
¿Asirios? Corroborados.
¿Cananitas? Corroborados.
¿Hititas? Corroborados.
¿Las ciudades del delta del río Nilo? Corroborados.
(Y la lista sigue.)
Tenemos la piedra de Merneptah de los egipcios donde se menciona al pueblo de Israel. Bueno, es obvio que Israel existe hasta el día de hoy. Esa parte sí es históricamente correcta.
En 1 de Reyes 14 y 2 Crónicas 12 se narra cómo el rey de Egipto Sicsac ataca a Israel y se lleva los «tesoros de la casa de Jehová,» los tesoros de la casa del rey y… bueno, todo lo demás.
La existencia de Sicsac está corroborada, y son los mismos Egipcios quienes dan un montón de detalles acerca de este hecho en su Templo de Karnak, ya que fue una victoria que les enorgullecía. Victoria que sí sucedió, históricamente.
La Biblia menciona la existencia del templo de David y una muy cercana mención fuera de la Biblia de ese templo está en la piedra de Tel Dan — no está 100% corroborada y es mejor si lo lees tú mismo y sacas tus propias conclusiones.
Entre las cosas descubiertas de los Sumerios está la Lista de Reyes, donde figuran una serie de reyes divididos en dos grupos: los que reinaron «antes del diluvio» y los que reinaron después. Ya puedes inferir a qué diluvio se refiere.
Para no seguir toda la noche (realmente tengo para rato, pero ya va a ser Navidad y creo que mis tíos finalmente acaban de llegar), te aconsejo que le eches una ojeada a la página de la arqueología Bíblica de la Wikipedia además de otros libros que sean más confiables que la Wikipedia.
Ya cuando leas la Biblia por tí mismo, ahí hablamos acerca de las contradicciones de los Evangelios.
¿Qué si la Biblia en realidad fuese cierta, Soulse? ¿Estarías dispuesta a aceptarla? ¿Estarías en buena situación con Dios, si lo que está escrito allí fuese cierto?
Dicho en otras palabras, hay dos posibilidades: O Dios sí existe o Dios no existe.
Si Dios no existe, morimos y no pasa nada. Habré vivido toda mi vida persiguiendo un estilo de vida y valores morales altos, habré diseminado memes o virus al cerebro de mis conocidos e hijos para que crean en este estilo de vida y, finalmente, como todo no era cierto, pues no sucederá lo que pensé que iba a suceder. No me habría perdido de mucho — todo lo contrario, creo que habría ganado muchas cosas que una vida desordenada difícilmente me habría satisfecho igual. Y no estarás en desacuerdo conmigo que un poquito de buenos valores y amor sincero no le vendría mal a nuestro país.
Pero si Dios sí existe, entonces tienes mucho que perder. Si Dios existe, Satanás existe, los pecados existen y el Infierno existe. Ojo, Dios no quiere que vayas a ese lugar, pero tú mismo estás escogiéndolo al rechazar todo esto. Si el Infierno existe, estarás eternamente en ese lugar — y la eternidad no dura un año o dos, ni mil, ni un millón, ni dos millones, ni cuatro trillones novecientos mil quintillones de años. Dura para siempre, no se va a terminar nunca y yo no se lo deseo ni a mi más odiado enemigo. ¡Es el peor lugar que pueda existir!
Dime sinceramente Soulse, ¿quién tiene más para perder?
Lee la Biblia, pero léela buscando la Verdad. A tu edad ya debes de saber, por experiencia propia, que las mentiras tarde o temprano salen a la luz. Critica e investiga — no lo hagas a la ligera o repitas sin corroborar lo que dicen sus detractores o aún sus defensores como yo.
El apóstol Pablo, autor de varias cartas que forman parte de la Biblia, no fue aceptado inmediatamente por los creyentes de Berea. Cuando Pablo y Silas les hablaban, ¿qué hacían ellos? Consultaban con las Escrituras para ver si era cierto lo que decían (eso está en Hechos 17:10 y 11). Esa debe ser la actitud de toda persona.
No se trata de escuchar a una parte y no corroborar con la contraria. Hay que investigar de ambas partes y sacar cada uno sus conclusiones, siempre buscando hallar la Verdad. Uno de los primeros usos que le hice a Internet, y esto nadie lo ha sabido hasta hoy, fue investigar sobre qué argumentos se basaban los ateos o personas que decían que la Biblia era falsa. Fue una sacudida tremenda en mi vida. Y aquí me tienes, muchos años después, con mi fe firme, creyendo que Dios sí existe, que la Biblia es Su palabra, que hay un Dios que se hizo hombre para salvarme de una perdición eterna, que es real.
Pero tampoco no me mires a mí, porque soy imperfecto y cometo errores. Si vas a juzgar la Biblia, hazlo por lo que ella dice, no por cómo son sus seguidores — porque, ojo, hoy en día hay muchos engañadores que buscan hacerse de dinero engañando a la gente. Eso ya lo sabes, y eso ya se había dicho de antemano y ya había empezado a suceder en el tiempo de Pablo. Es, a todas luces, incorrecto y condenable. Huye de esas supuestas «iglesias» y «cristianos.» No, esa no es la Verdad.
Volviendo al tema, sería muy tonto que yo afirme: «Las matemáticas son una gran farsa porque a mi profesor del colegio no le salió la respuesta correcta de tal ejercicio en la pizarra.» La imperfección de mi profesor no invalida las matemáticas. Ten ese pensamiento en cuenta cuando busques validar o invalidar la Biblia.
Un creyente una vez dijo, «Si vas a creer en Dios, créele con todas tus fuerzas. Si vas a rechazar a Dios, recházale con todas tus fuerzas.» A Dios no le gusta medias tintas, las cosas son blancas o negras, no hay grises. Si llegase el día y te das cuenta que habías estado equivocado toda tu vida, al menos lo habrás hecho con integridad y sin ninguna sombra de duda. Eso para mí tiene mucho más mérito que las personas que viven en una posición ambivalente y mediocre con Dios.
Si yo estuviese equivocado, prometo hacerlo igual (aunque ya no tendría forma de darme cuenta que estuve errado).
Ahora sí llegaron mis tíos. :)