Redefiniendo y reentrevistando el Miedo

Esta es la tercera y última parte de una serie de posts:
Redefiniendo y redibujando el Miedo
Redefiniendo y reprogramando el Miedo

Mi hermano es Ingenierio Civil. El año pasado sacó su título y es, oficialmente, «Ingeniero Wong.» El siguiente proyecto en su vida era encontrar un trabajo decente, así que pasó a las filas de los que devoran los avisos clasificados e imprimen currículums con la esperanza de encontrar un puesto de trabajo ideal.
Como creyente, y al igual que yo, mi hermano tiene criterios inamovibles para elegir un trabajo, pero eso es tema de otro día. Lo que quiero contarles hoy es esa experiencia que repetidas veces tuvo que pasar y que a muchos nos llena de miedo.

Sí, las entrevistas. Horror de horrores!

A todos nos da miedo, pues necesitamos el trabajo y queremos causar una buena impresión y queremos hacer todo lo posible para que todo salga Perfecto. El problema son los nervios que lo descontrolan a uno y la horrible posibilidad que te hagan una pregunta que no sepas.
Mi hermano fue de entrevista a entrevista con la respuesta clásica: «Nosotros te llamamos.» Ya se imaginan, no lo llamaron y mi hermano tuvo que seguir buscando y seguir buscando.

Mi hermano me contó de algo que le iluminó el panorama. No recuerdo bien los detalles, el quid del asunto fue que estuvo presente durante la entrevista de otras personas. Estaban entrevistando señoritas para secretarias y allí notó un contraste importante.

Una señorita que fue entrevistada estaba a todas luces nerviosa. Movía inquietamente las manos, voz temblorosa, etcétera. Le preguntaron: «Y usted sabe computación?»
«Sí, sí, llevé un curso de informática y computación para secretariad–»
«Sabes Excel?»
«Mmmm, sí.» Pausa incómoda. «Más o menos.»
Pasaron a otro grupo de preguntas más y la entrevista con esta muchacha terminó.

Entre las siguientes entrevistadas resaltó esta muchacha que carecía completamente de nervios. Fue un contraste amplio después de ver bastantes caras de nervios e inseguridad (que son comprensibles). Su forma de contestar era serena y directa. Nada de rellenos.
«Y sabe computación?»
«Sí, tengo computadora en mi casa.»
(Una pausa, esta vez del entrevistador)
«Sabe usted Excel?»
«Sí.»
(El entrevistador asintiendo con la cabeza)
«Sabe cómo hacer [COSA AVANZADA EN EXCEL]?»
«No, pero sé [OTRA COSA AVANZADA SIMILAR]. En todo caso, aprendo rápido.»

Tras esta educativa experiencia, mi hermano hizo un cambio en sus planes. Empezó a presentar currículums a lugares donde no cumplía los requisitos o donde no le interesaba trabajar, con una finalidad específica: fallar a propósito.
Empezó a entrevistarse sabiendo que no era la persona que buscaban, que no lo tomarían en cuenta, etc. Su meta era perder el miedo, ganar experiencia. No tenía que impresionar a nadie, no tenía que dar la Respuesta Correcta, no tenía ningún requisito o carta a su favor.

La parte graciosa de la anécdota fue la entrevista donde contestó todo completamente tranquilo, y al final ya estaban considerando contratarlo al instante. El horario era inadecuado, así que igual no se pudo.

Al punto que quiero llegar es que la única forma de perderle el miedo al miedo es enfrentándolo. Leí una vez frases acerca del coraje, y lo que más me llamó la atención es que coraje no significa ausencia de miedo. Coraje es hacer lo que se tiene que hacer a pesar del miedo. Coraje es sentir miedo y aún así seguir marchando hacia el campo de batalla.
Si quieres librarte el miedo, tienes que darle la cara. No hay atajos, no hay caminos fáciles, no hay escapatoria mas que ir y pegarle, enfrentarle, confesarte, exigir, declararte… una y otra vez, una y otra vez, hasta que le pierdas el miedo. Hasta que llegues con la completa confidencia y soltura del mundo y respondas todas las respuestas correctas, pidas el aumento de sueldo, reclames lo que es tu derecho exigir.

A las personas les impresiona mucho una persona con confidencia. Puedan no estar de acuerdo contigo, o negarte lo que dices, pero guardan esa impresión de tí con una nota mental en sus cabezas: «Esta persona no tiene medio de decir lo que quiere.» Si hay algo que las mujeres encuentran irresistiblemente atractivo es alguien seguro de sí mismo; y a quién no?

Como dice la canción de Coldplay, «nadie dijo que era fácil / nadie dijo que
sería así de duro.» Pero la actitud es de los héroes de las pelis de artes marciales, que cuando viene el gigantesco contrincante, dicen un gracioso «Oh no» y proceden a intentar atinarle un golpe. No los ves huir cobardemente.

Así que aquí vamos.

(Oh no.)

5 Replies to “Redefiniendo y reentrevistando el Miedo”

  1. Muy interesantes/inspiradores/realistas tus tres posts :D.

    Saludos

    [Adeene]

  2. justo lo que necesitaba leer!

  3. muy buena , muy buena espero que me ayude o tenga el coraje de enfrentar todo.gracias

  4. Hola Jaimito (a los times).. te cuento, cuando fui a mi enrevista en tottus jeje tenia mucho miedo y lo que mi tia hizo fue (manzanilla? :P), me abrio la Biblia y me mostro Isaias 43 (creo, no recuerdo el pasaje exacto) pero decia que El iba a estar conmigo iba a ir delante de mi e iba a derribar puertas de bronce y acero… esa noche hice una gran oración, en la mañana siguiente me senti con muchisima confianza, fui, me imaginaba a Dios abriendo el paso entre los carros, llegué temprano y di un MONTON de exámenes. jejeje todos los aprobé… Dios me ayudo a enfrentar mis temores, depositando mi confianza en EL. Cuidate mucho Jaimito. Espero verte en Abril por ica ;)

  5. por casualidad cai por tu weblog… interesante, ja! me hizo recordar este ultimo comercial de Saga Falabella ENFRENTA TUS MIEDOS
    Gracias Jaime, Dios te bendiga.

    Ivan

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