La escritora prolífica
Si tuviese que adivinar, diría que ella ya había escrito cerca de 200 palabras.
Era una señora en sus cincuenta, sentada un par de asientos más adelante de mí en el bus con destino a Ica. Estaba escribiendo un Status Update de Facebook en su celular que había alcanzado ya un nivel literario épico. Las palabras fluían de sus dedos sin detenerse mucho a pensar.
La curiosidad me ganó y, haciendo un esfuerzo, husmeé:
«…el silencio reinaba y quería […] romper los lazos que me ataban a una realidad de la cual quiero escapar»
¿Y si su fluidez se debía no a una facilidad para las palabras sino a una mera transcripción? ¿Una canción o un verso? Una rápida búsqueda en Google me hizo descartar esa teoría. She’s the real McCoy!
«Quizás es una blogger,» le dije bromeando a Thalía, con un tizne de envidia.