Octubre 26, 2004

Moving Zen
Hoy tuve una cita en el Moving Zen y me hicieron quiropraxia en mi linda espalda. Jamás en mi vida me habían sacado tantos “conejos” juntos. Por un momento pensé que me iba a partir en dos, pero he quedado más relajado, menos tenso y, según la persona que me atendió, he quedado mejor alineado. :)

Al terminar mi sesión y conversar un rato con Dante (otro colega de batalla) mientras él esperaba su turno, me fui derechito a sacar otra cita para la semana que viene. Voy a aprovechar todas las sesiones que pueda para quedar como nuevo. Al sacar mi cita estuve conversando con la señora (señorita?) Susana. Ella tenía allí una base de madera creo negra, con arena y unas piedras allí. Le pregunté qué cosa era y me dijo que era un Jardín Zen, y era para relajarse. Me pidió que coja una vela roja, chatita, que había en su aparador y luego me dijo que pusiera el jardín como a mí me plazca. Me explicó que la forma cómo definiera el jardín revelaba ciertos aspectos de mi persona.

Cogí la vela y la puse a un lado, para que se vea más stylish y las tres piedras separadas, pero casi en el centro. Luego tenía una especie de rastrillito chiquito con que uno dibujaba surcos de la forma como uno deseaba, así que empecé a hacer surcos concéntricos con las piedras. Como no podía dibujar bien el surco con algunas piedras (eran tres) alzaba la piedra, dibujaba el surco y luego la volvía a poner.

Bien, la explicación — lo primero que dijo si me sorprendió un poco y personalmente pienso que está errado. Dijo que la posición de la vela representaba mi espiritualidad, que al no estar en el centro era como si no le tomase mucha importancia, que no era el eje de mi vida. No estaba a un extremo total, pero tampoco estaba en el centro. “Pero yo soy cristiano,” le dije. Ella me dijo que probablemente se esté equivocando, era lo que le habían explicado. Las piedras representaban los problemas o dificultades que tiene uno, y como lo puse separado dijo que mostraba que yo enfrentaba cada problema uno por uno en vez de todos juntos. Y al ver que había alzado las piedras representaba que no tenía muchas dificultades para superar mis problemas.
“Significa algo el hecho que haya puesto las piedras casi en el centro?” le pregunté y me respondió que no. Lo que me hizo pensar fue que hubo una piedra de las tres que no moví ni levanté, justo la que quedaba más en el centro. Hay un problema de toda mi vida que aún hoy me cuesta superar.

Empezamos a conversar un poco sobre cristianismo y le empecé a hacer preguntas. No voy a dar detalles sobre lo que me contó ella, pues es su historia, y lastimosamente no pudimos terminar de conversar. La llamaron y ella me pidió que la espere, pero cuando regresó me dijo que tenía que hacer y que probablemente podríamos volver a conversar en mi siguiente cita. Es una persona muy agradable. Me percaté también que su cuaderno de citas era una agenda con frases de Paulo Coelho. Los que conocen las obras de Coelho pueden entender el detalle.

Saliendo me encontré con Frank, quien trabaja en el Moving Zen y hace unas patadas feroces. Se nota en sus movimientos que ha dedicado bastante a las artes marciales. Me reconoció de la vez que fuí con Kike y Savre a ver (y sólo a ver) cómo practicaban Muay Thai.
“Y, vienes a entrenar?” me preguntó.
“Um… no,” le respondí sinceramente, heh. Escuché que Susana le había pedido que compre azúcar, así que decidí acompañarlo mientras iba a comprar.
“Qué opinión te merece el Aikido?” le pregunté.
“Aikido… no sé mucho,” me dijo. “Es más la habilidad que la fuerza, verdad?” e hizo un gesto con las manos.
“Sí, por eso es que me interesa,” le contesté riéndome.
Me dijo entonces que tenía un amigo que era maestro de Aikido y me mencionó un rango que ya olvidé. Se ofreció a avisarme si lo volvía a ver para decirme dónde era que entrenaba, lo cual me parece genial — pero dudo mucho que decida tomar el curso por falta de tiempo (Y energías! Debo restablecer mi dieta alimenticia!).

Nos despedimos en la esquina de la tienda y decidí regresar a pie hacia la oficina. Sucedieron otras cosas más, pero ya me cansé de escribir por ahora, heh. Estuve mirando en el Ripley y luego me encontré con Savre. Ha sido una noche larga e interesante y estoy cansado ya. Mejor me acuesto tempranito para dormir bien y levantarme con las pilas para hacer todo lo que no he podido hacer hoy, jeje.

3 Replies to “Octubre 26, 2004”

  1. La vela en un extremo, es tu tendencia en la espiritualidad, es decir, la llevas a el extremo, en lo demas, esta mas o menos bien, no te dijo nada de los surcos?, eso muy importante.

  2. Mm, hizo mención, pero no lo recuerdo. Qué significado tiene?

  3. Estimado Jaime, los surcos representan a el agua, y el agua a tu pensamiento, tienes que recordar que mas alla de cualquier significado \"adivinatorio\", el jardin tiende a ser un lugar de meditacion subjetiva, donde de manera fortuita reflejes tu estado mental fisico y social, en todo caso no te puedo decir mas respecto a lo de los surcos por que no he visto como los hicistes, pero creo que ya te di un alcance… a todo esto… pense que no creias en esto…

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