Jueves, Enero 21, 2021

  • Estoy entreteniendo la idea de aprender en serio a tocar el piano este año. Será mi proyecto Ultralearning.
  • A veces quisiera tener una netbook como máquina para escribir, pero olvido que mi Acer Aspire One tenía un teclado horrible.
  • Encontré el otro reloj Citizen automático de Papá, el que usaba a diario. Me sorprendí porque no tenía su correa de metal. Al volvérsela a poner recordé por qué se la había sacado: es muy delgada para mi brazo.
    También encontré otro reloj antiguo que funciona a energía solar. Prendió un poco con la luz de mi lámpara y al día siguiente lo dejé en la ventana recibiendo luz directa del sol, pero sigue sin funcionar. La correa de este reloj solar es un mesh de metal y es del mismo tamaño que el Citizen de Papá. Traté de retirarla sin éxito. Me pareció que en lugar de tener la barra usual de resorte era una barra fija. Volví a intentar nuevamente y nada. Me resigné.
    Más tarde, mientras tomaba un desayuno ligero y, asistido por la luz del sol, decidí volver a intentarlo, ya con más paciencia. Siempre estuve probando de un lado, y cuando miré en el lado opuesto pude ver el final de una sección de la barra. Probé y salió delicadamente. ¡Victoria! Ahora tengo otro reloj más de vestir, o quizás para usarlo de diario como lo hacía mi Papá. Lo usé un día entero para ver si marchaba bien y no hubo problemas, testimonio de una maquinaria precisa.