Drew Struzan y su flexibilidad a los cambios

Drew Struzan es el más famoso de los artistas de posters de películas. Su carrera se inició prácticamente con un poster para Star Wars y desde entonces ha hecho incontables posters para todo tipo de películas.

Cuando salió el Episodio I de Star Wars me compré el score de John Williams que tenía el mismo arte del poster que había creado Struzan. Años después cuando salió Harry Potter, vi el poster en el cine y reconocí la semejanza con el arte del Episodio I. Me dije: «Se han copiado el mismo estilo.» No cruzó por mi cabeza pensar que se trataba del mismo artista hasta que después, haciendo tarea por internet, conocí finalmente a Drew Struzan, autor, obviamente, de sendos posters.

Hay bastante información acerca de su persona en internet, así que no pienso repetir el trabajo de otros. Lo que quisiera resaltar es lo que he aprendido acerca de su carrera en Hollywood (refiriéndome a todo ese sistema que produce películas).
Hace tiempo estuve leyendo sobre cómo se escriben guiones para Hollywood y lo gracioso es que no existe ningún standard. Todos lo hacen a su manera y a su forma. Le encuentro mucho parecido al desarrollo de software: todos obtienen sus resultados a su manera. Hay ciertas tendencias o procedimientos comunes, pero el resto cada uno se las arregla a su manera.

Pues para hacer posters, tampoco hay standard. Drew Struzan tuvo que lidiar con el estilo de cada cliente para satisfacerlo. Por ejemplo, para el poster de «Thunder and Lightning» llamaron a Drew a las cinco de la tarde y le pidieron hacer un poster. Para el día siguiente. En la mañana. No tenían ni concepto ni letras ni nada. Drew entregó el trabajo al día siguiente a las nueve de la mañana.

«La Cosa» fue, eh, otra cosa. No solamente fue una película de terror sino también un proyecto de terror. Llamaron a Drew con lo mismo: poster para mañana en la mañana. Pero esta vez no hay material de referencia, ni concepto ni nada en qué basarse. Era un remake de «La Cosa» de 1951. ¿Cómo puedes dibujar un poster de algo que ni siquiera has visto?
Al día siguiente temprano recogieron el poster y de frente se lo llevaron a la imprenta. La pintura estaba tan fresca que se quedó pegada en el vidrio de la máquina separadora.

Ese es Hollywood.

Lo cual me lleva a pensar que muchas veces es así también el desarrollo de software donde los clientes te vienen con unas exigencias que son URGENTE y que, en ocasiones, se queda «pegado» en el servidor. Y luego viene la queja, por supuesto.

Así como los artistas dieron gracias al cielo por la invención de los acrílicos, hoy le invitaría miles de ceviches a los autores de Rails y Django por tener el equivalente a la pintura acrílica: un medio para pintar tan flexible y que se seca rápidamente. Cuando empiezas a trabajar con toda esta presión se hace crítico automatizar, innovar, ser más eficiente, ser más rápido. Escribo macros en mi editor que jamás volveré a usar, programo scripts que programen por mí y, horror de horrores, pavor de pavores y peguen todos un grito en el cielo y acribíllenme con balas de plata, estoy empezando a programar «defensivamente» sacrificando velocidad del programa por velocidad de programación.

Drew Struzan tuvo que hacerse de trucos para poder trabajar al caprichoso e impredecible ritmo de Hollywood: primero pintaba una base de gesso a la superficie para poder hacer todos los cambios que se le ocurriesen a los clientes. Luego trabajaba con acrílicos y los detalles los hacía con lápices de colores. Este procedimiento fue evolucionando poco a poco. Los clientes eran tan impredecibles con sus cambios y requerimientos que no debería sorprendernos también sus abandonos, robos y traiciones (se llevaban los preliminares que les presentaba Drew y hacían que los terminaran otros artistas).

La verdad es que me siento cansado y frustrado de este ritmo. Creo que estoy pasando por cierta etapa de transición o algo, no lo sé. Lo único que sé es que no me siento como antes con lo que hago. I think I’ve burnout.

Creo que necesito descansar.