Jewelboxing: empaques de CD y DVD profesionales

Jewelboxing es un sistema de empaques de CD y DVDs creado por los Coudal Partners. Los empaques son de alta calidad y elegante acabado. Todo el sistema para crear tu CD/DVD está muy bien pensado. Te dan cartulinas donde imprimes tu diseño y se recortan fácilmente, quedando perfecto. Y como uno siempre se equivoca, incluyen más de una. También tienen plantillas para los programas de diseño más conocidos (Photoshop, Illustrator, etc). Es tan simple como imprimir, recortar y doblar.

Como suscriptor me llegó un aviso donde enviaban gratuitamente muestras, así que ni corto ni perezoso pedí uno. Finalmente llegaron, así que aquí unas fotos:

Esta es una muestra tomada de la web de un empaque creado por un cliente satisfecho:

Pensé que la muestra incluía las cartulinas y plantillas para crearme mi empaque, pero no es así. Viene un DVD que tiene un aviso publicitario de televisión de Jewelboxing, un pequeño video instructivo y un video adicional de su maquinita de inflar bolsas. Bueeno.

Si llegase a terminarCuando termine mi CD de música, me animaría mucho a comprar una docena para promoción. Son realmente muy atractivos.

«Blast» por Alex Mauer

Blast

Uno de mis intereses musicales recientes ha sido aprender a hacer música con Síntesis FM. Leyendo información en la web, Wikipedia y foros, me topé con la música de Alex Mauer. Me bajé un mini-album donde usa enteramente síntesis FM, y se ha convertido rápidamente en uno de mis favoritos.

El nombre del mini-album es «Blast,» un soundtrack de un juego de video ficticio. Lo interesante es que cada pista empieza con grabaciones musicales de Alex de su infancia — ¡15 años atrás! La idea de este soundtrack empezó desde su niñez y ahora está completo. Pueden descargarlo completo y gratis de 8-bit Peoples (sic) aquí.

Si quieren escuchar una muestra como para darse una idea, les recomiendo estas dos pistas:

  • Blast First Level
  • Blast Level 3
  • Una víctima trata bien a su atacante

    Esta historia es original de NPR y la he traducido aquí para mis lectores.

    Julio DíazJulio Díaz tiene una rutina diaria. Todas las noches, el trabajador social de 31 años de edad finaliza temprano su viaje de una hora por el subterráneo al Bronx para poder comer en su restaurante favorito.

    Pero una noche del mes pasado, cuando Díaz se bajó del tren No. 6 hacia la plataforma vacía, su tarde tomó un giro inesperado.

    Estaba caminando hacia las escaleras cuando un adolescente se le acercó y sacó un cuchillo.

    «El quería mi dinero, así que le dí mi billetera y le dije, ‘Aquí tienes,'» dijo Díaz.

    Mientras el chico empezó a irse, Díaz le dijo, «Hey, espera un minuto. Olvidaste algo. Si vas a robar a personas por el resto de la noche, también puedes tomar mi abrigo para mantenerte caliente.»

    El ladrón miró a su víctima, «¿qué se supone pasa aquí?» dijo Díaz. «El me preguntó, ‘¿Por qué haces esto?'»

    Díaz respondió: «Si estás dispuesto a arriesgar tu libertad por unos cuantos dólares, entonces me imagino que realmente necesitas el dinero. Quiero decir, todo lo que yo quería era cenar y si quieres acompañarme… bueno, eres más que bienvenido.

    «Sabes, sentí que realmente necesitaba ayuda,» dijo Díaz.

    Díaz contó que él y el chico fueron al restaurante y se sentaron.

    «El jefe se acerca, los lavaplatos se acercan, los mozos se acercan a decir hola,» dice Díaz. «El chico estaba como, ‘Tu conoces a todos aquí. ¿Eres dueño de este lugar?'»

    «No, solo como aquí bastante,» Díaz contestó al chico. «El dijo, ‘Pero eres atento aún con el lavaplatos.»

    Díaz respondió, «Bueno, ¿no te han enseñado a ser bueno con todos?»

    «Yea, pero no pensé que las personas realmente se comportaban de esa manera,» dijo el chico.

    Díaz le preguntó que quería de la vida. «Tenía casi una cara de tristeza,» dijo Díaz.

    El chico no pudo contestarle a Díaz — o no quería hacerlo.

    Cuando llegó la cuenta, Díaz le dijo al joven, «Mira, creo que vas a tener que pagar por esta cuenta porque tu tienes mi dinero y yo no puedo pagar esto. Así que si me das mi billetera de vuelta, te trataré con gusto.»

    El chico «ni siquiera lo pensó» y devolvió la billetera, dijo Díaz. «Le dí 20 dólares … me imaginé que le ayudaría. No lo sé.»

    Díaz contó que pidió algo a cambio — el cuchillo del chico — «y me lo dio.»

    Mas tarde, cuando Díaz le dijo a su madre lo que sucedió, ella dijo, «Tu eres el tipo de chico que si alguien le pide la hora, le da su reloj.»

    «Me imaginé, sabes, que si tratas a la gente bien, tienes la esperanza de que te tratarán bien a tí. Es lo más simple en este mundo complicado.»

    «Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen» – Mateo 5:44