El principio del Final

La historia empieza así: en 1983 dos soñadores crearon una empresa de juegos y no les fue bien. Cuatro años después, la situación era tan pésima que estaban ya a punto de declararse en bancarrota (¡HORROR!). Uno de ellos tomó la decisión de finalmente retirarse por completo de la industria de los juegos y perseguir otros sueños. Es una decisión dura, si algo vale mi opinión. Haber tratado de alcanzar tus metas y llegar hasta la bancarrota. De encontrar todos tus esfuerzos en el piso.

Pero antes de retirarse, él quiso hacer su último juego. Así que los dos jóvenes se sentaron, pensaron, soñaron, idearon, dibujaron y crearon lo que sería su juego de despedida. Su último juego. El adiós. Pusieron todo su esfuerzo, todas sus ideas y toda su pasión.

Y como era un juego de fantasía, y como era el último, le pusieron de nombre “Final Fantasy.” Listo, eso es todo. Este es, amigos míos, el final.

En 1987, Squaresoft lanzó al mercado el juego que rompió ventas, los rescató de la bancarrota, cambió el concepto del género RPG, cautivó la imaginación de miles de muchachos y los llevó por un mundo nuevo por descubrir, lleno de magia, criaturas y héroes épicos. Masafumi Miyamoto y Hironobu Sakaguchi crearon lo que se convirtió en una de las serie de juegos más exitosa de todos los tiempos, innovando y redefiniendo cada vez los juegos de RPG. Sorprendieron a muchos, pero seguramente ellos fueron los primeros en sorprenderse.

Todos miran a Final Fantasy como la meta a alcanzar, la medida contra quién compararse. Hasta la fecha hay doce juegos y dos películas relacionados a éste. Final Fantasy fue uno de los primeros que empezó a vender CDs con la música del juego, que es memorable. Se han organizado conciertos con orquestas reales y auditorios repletos de la música. Final Fantasy hizo a jóvenes y adultos llorar de verdad con la muerte de Aerith, quebró el corazón de muchos y los dejó con la boca abierta — tanto así que hasta la prestigiosa revista Wired hizo una mención sobre el tema.
Y aún no hemos visto todo, aún seguiremos teniendo más. Así empezó la historia, pero todavía no termina.

Y ese es el principio del Final.

Cuando sientas que todo se termina, que todo cae y todo se desarma delante tuyo, es cuando no debes rendirte, ni mucho menos desmayar. Saca todo tu esfuerzo. Entrega todo de tí. Es en ese instante decisivo cuando parece que has perdido la batalla que las cosas pueden dar un giro inesperado y sorprenderte.

Y si así no fuese, habrás terminado la batalla con la frente en alto, con honor de guerrero y con la certeza en tu corazón que nunca te rendiste, ni nunca te echaste atrás.