Julio 01, 2004

Pésimo servicio
En la búsqueda por arreglar mi celular (un lindo Ericsson T28 World) lo llevé a un sitio que reparan celulares aquí en Ica. El hombre (se llama Henry, según su Certificado de Reparación de Celulares) lo revisó y dijo que había “que calibrarlo.” El costo? Sesenta soles, lo cual era un precio aceptable para mi ajustado presupuesto (me quedan ahora exactamente 17.68 soles en mi cuenta). Dijo que estaría listo a las 4:30. Le dije que volvería a las cinco.

Regresé medio incrédulo que la solución fuese “calibrar” el aparato, pero lo and behold, funcionaba bien. Llamé al *777 para revisar mi saldo y, oh! funcionó perfectamente. Excepto por un detalle y aquí empezaron los problemas. Los dos botones YES y NO del teclado estaban medio hundidos, demasiado sensibles. Le comenté al respecto y su explicación fue que como lo había soldado así había quedado, pero que como a los 15 días regresaba a su normalidad.

Ajá.

Tras negarme a aceptar tal condición descubrí que su habilidad para tomarme el pelo es directamente proporcional a su habilidad para arreglar el teclado. En el proceso descubrí todos los pasos para desarmar mi celular y es sorprendentemente sencillo. Aunque yo nunca lo habría hecho, hasta hoy.

El teclado del T28 se basa en unos pequeños pulsadores encima de la, um, placa madre donde se hace el contacto. Al parecer los dos pulsadores de arriba se habían hundido. Lo que hizo fue, y créanme que no les miento, coger otros pulsadores de otro celular, coger un par de tijeras, recortar los pulsadores de mi celular (para ese entonces estaba horrorizándome por dentro, arrepintiéndome de haber traído el celular y maldiciéndome por ser barato) y colocar esos “nuevos” pulsadores.
Cuando murmuró algo de “ahora no funcionan los botones” me dieron ganas de llorar.

Decenas de minutos y recortes de tijera más tarde, cerró el aparato y me pidió que lo pruebe. Algunos botones estaban bien, otros estaban más sensibles. Tras presenciar esa horrible mutilación me convencí a mí mismo y le dije: “Ok, ahora sí esta bien” con tal de que no se le ocurra otra idea peor con qué torturar el aparato.

Dije otra idea peor? Volvió a desarmarlo porque me dijo que olvidó conectar no-se-qué, lo cerró y luego cogió un alicate y empezó a darle golpes a todos los costados del aparato (no voy a decir “golpecitos”). No tengo idea de qué le estaba haciendo, adivino que era para cerrarlo bien… olvidé mencionarles que cuando lo probé por primera vez estaba mal cerrado.

Me lo volvió a entregar, me puse a probarlo todo. El rocker, las teclas, el vibrador, el backlight (la luz de fondito) y los LE–… esperen.

No hay backlight.

“No funciona la luz.”
“Sí? Estás seguro?” – Dijo algo más como cuestionando si funcionaba antes que se lo entregase.
“El teclado y la luz funcionaban bien.”
“Mmm, y por qué no funciona?”
“No sé, tu eres el técnico,” le dije.

Me pidió que se lo dejase para revisarlo y que volviese a las 8:30. Solté un suspiro y me fuí. Estoy enojado y frustrado. Lo que me da más cólera es que el celular está quedando peor que antes. Me friega porque voy a pagar 60 soles por un hack en el peor sentido de la palabra.

Así regrese y el backlight funcione bien y todo el resto funcione correctamente, voy a quedarme con el estigma del teclado y el saber que mi celular ha sido maltratado vilmente.

Grr! Debí haber averiguado y preguntado antes. Ok, nunca es tarde. Los que viven en Ica, pueden recomendarme un técnico que repare celulares que sea serio, profesional y haga un buen servicio? Mi correo está al final de la página.

Y todo esto por no querer gastar dinero en otro celular. Me siento mal. :(