Sasuraiger

Entre los juguetes que me gustaban de niño estaba un robot llamado Sasuraiger, que es de un dibujo animado japonés (Galactic Whirlwind Sasuraiger) que nunca han transmitido en la televisión peruana. En alguna tienda grande en Lima, Papá le compró un Acrobunch a Juampa y a mí este Sasuraiger. Recuerdo vagamente que yo mismo lo escogí entre varios juguetes.

Ya antes he comentado la gran impresión que me dejó la ilustración de la caja. Siempre quise saber todo lo que decía en el reverso de la caja. ¿Cuál es la historia de este robot?

Tenía dos armas, un beam rifle que disparaba un misil rojo y — este era genial — una ametralladora de tambor (drum machine gun) en el torso. Eran como balas y podías cargar algo de cinco proyectiles y dispararlos en seguidilla.

Jugando en la sala, disparé el rifle y el proyectil se perdió. Por más que lo busqué no supe a dónde fue a dar. Poderoso, el rifle. Luego de muchos meses, quizás más de un año o año y medio, estando en la sala vi una cosita roja bien metida en una esquina. Me acordé y pensé que era el proyectil, cosa altamente improbable. Para mi agradable sorpresa, lo fue. Estaba gastado de tantas distraídas escobas que le pasaron encima, pero mi rifle estaba completo otra vez.

Las balas de la segunda arma sí se perdieron para siempre, eran muy pequeñas y salían disparadas a gran distancia. Me hice repuestos con dough.

Mi Sasuraiger terminó con un brazo partido, sendos pies rotos… cosas que suceden con un juguete bien jugado. Dejé de sacarlo para jugar y con el tiempo permaneció guardado en su caja.

No necesitas talento, sino perseverancia

Recuerdo dos ilustraciones que me impresionaron grandemente cuando era chico. Ambas eran de robots japoneses. La primera es de un robot llamado Sasuraiger que, según veo en internet, no es del todo popular. He escaneado la caja, aunque no ha salido bien.

La segunda es más conocida, es esta pintura del SDF-1 de Macross.

Ambas correspondían a cosas que no existían y que aún así se veían reales. Eso me impresionaba mucho. Era como traer a la vida algo de fantasía y hacerlo palpable. Siendo niño, te hacía alucinar que podía ser verdad.

Recuerdo que miraba con atención el VF-11 y el humo que dejaba, como si fuese una foto, pregúntandome cómo es que era posible pintar algo así. Pensaba que era épicamente lejano igualar tal trabajo, y no estaba muy lejos de la verdad, pues carecía de una amplio rango de conocimientos adecuados y los medios necesarios para siquiera imitar aquellas obras.

Sigo sin poder pintar algo tan remarcablemente bueno como este artista (¿alguien sabe quién es?), pero con el pasar de los años uno hace progresos. Quizás no enormes progresos, pero progresos al fin y al cabo. Entonces me topo con comentarios que hacen algunas personas sobre mis dibujos y los siento inmerecidos. Es una cosa de, ¿Ya llegué? ¿Ya soy un artista? Porque ciertamente no me siento como uno.
Otras personas se admiran de mis dibujos del mismo modo que yo me admiro del trabajo de otros. Eso como que me pone las cosas en perspectiva, porque quizás las mismas respuestas que les doy a ellos son las mismas que estoy buscando para mí mismo.

Hay una frase atribuída al maestro Miguel Angel que me gusta mucho. Dice, “Si todos viesen lo duro que trabajo, no les parecería extraordinario.”

Cada trazo que hago es la acumulación de años de experiencia, de haber hecho miles de errores y experimentos hasta entender qué funciona y qué no funciona — y más importante — el por qué. Dibujar no es algo innato. La diferencia es que yo he venido haciendo esto durante mas de veinte años, así que después de tanto tiempo algo tuve que haber aprendido, ¿no?
El detalle es que muchas personas no están dispuestas a perseverar durante un período tan largo. Tienen otros intereses u otras prioridades y eso está bien. Lo que no me parece bueno es cuando se excusan diciendo que “no tienen talento.”

En los foros de ConceptArt hay un héroe cuyo nick es MindCandyMan. Ver su sketchbook es una inspiración total, se los recomiendo, porque puedes ver el progreso desde, literalmente, esto:

hasta llegar a esto:

Difícil de creer, pero cierto. Es la prueba viviente de que con suficiente perseverancia y práctica puedes llegar muy, muy lejos.

En el colegio tenía un compañero que quería aprender a tocar guitarra. Yo sabía lo suficiente como para tocar las canciones de la iglesia y nada más, pero respondí a su pedido de enseñarle lo básico. Recuerdo que cuando le vi tratar de sacar las notas era tan torpe que me dije a mí mismo, “este pata no tiene talento para la guitarra.” Pasaron los años, y me lo encuentro tocando un par de canciones de Nirvana y hablando de power chords y otros términos que jamás había escuchado. Era mucho más ágil que yo y tocaba muy bien. Hoy se que ha tocado en varias bandas y están terminando de mezclar un disco.
¿Cómo es que se hizo tan bueno? Simplemente, mientras yo dormía, él le daba duro a la guitarra. Mientras yo estaba leyendo libros de Turbo Pascal y dibujando, él practicaba y practicaba con pasión.

Hay personas que naturalmente tienen cierta facilidad para ciertas cosas. Puedo decir con certeza que mi amigo no la tenía para la guitarra. Si alguien dice, “nació con talento,” puedo alzar mi mano y decir que no. La habilidad que tiene hoy la ha conseguido a través de duro esfuerzo. Y esa es una gran noticia, porque significa que cualquiera puede lograr grandes cosas si tiene la dedicación y perseverancia suficientes.