Sobre Agendas y Calendarios

El año pasado Thalía me obsequió una agenda de papel con motivos chinos que estuve usando para organizarme. Ahora que inicia un nuevo año estoy volviendo a imprimir mi propia agenda e incluirla en mi cuaderno Circa. Sin embargo encuentro ahora que el formato usa muchas hojas; la agenda china usaba menos espacio y hojas. Voy a tratar de implementar un formato similar.

Sip, uso una agenda de papel. Desde que tuve mi Palm IIIx he usado agendas y calendarios electrónicos, pero desde que Google cerró Google Reader no he querido depender más de Google Calendar ni mucho menos de la computadora, smartphone o una conexión a internet. Una de las grandes ventajas de manejar un calendario electrónico son los eventos recurrentes. Ahora tengo que manejarlos a mano, pero no me es problema. Se que esto no funcionaría con todos, mayormente con personas con muchas tareas y eventos, pero funciona para mí.

Igualmente, mi daily.txt lo he movido al papel. Ya no está atrapado en la computadora. Lo malo es que no hay backups en caso que se me pierda mi cuaderno, pero en tantos años jamás se me ha perdido ni mi cuaderno ni mi Circa PDA. Así que ya dejé de preocuparme.

A propósito, he reemplazado mi Circa PDA con un mini cuaderno que armo a mano, recortando hojas y engrapándolas. Más detalles en otro post.

Hasta luego, Circa PDA

Michelle estuvo jugando con mi Circa PDA y se extravió uno de los discos. Esta es la segunda vez que pierdo un disco y ya le había quitado uno a mi cuaderno. Por el momento no tengo la oportunidad ni el presupuesto para comprar discos de repuesto. En conclusión, hasta luego, Circa PDA.

Lo que me gustaba del Circa PDA era lo elegante que se veía, que podía abrir por completo la libreta y voltear las hojas del todo. Obviamente, la mayor ventaja era ser capaz de agregar, quitar y cambiar de lugar las hojas con el sistema de discos Circa, aunque en estos últimos días que Michelle descubrió dónde lo llevaba, mi libreta ha terminado desarmada y deshojada varias veces. Reordenarlo no es problema porque tengo la costumbre de numerar las hojas, pero era tedioso, sin mencionar el hecho que algunas hojas terminaban arrugadas por sus manitos.

Hablando de numeración, todas las hojas numeradas hacen un total de 329 páginas. Hay otras adicionales sin numerar, que deben ser unas veinte. Todas las he archivado para la posteridad.

En total he usado mi Circa PDA desde el 20 de Noviembre del 2012 hasta el 1ro de de Octubre del 2014.

Me gusta leer las hojas archivadas porque me encuentro con ideas interesantes, dibujos que los veía feos y ahora pienso que no están tan mal, puntajes de juegos en la Reunión de Jóvenes de la iglesia y anotaciones que traen memorias. Me gusta pensar escribiendo, algo que hacía bastante en el Notepad del iPhone. Volver a leer estas hojitas siempre es una experiencia.

He tomado de buen humor la pérdida del disco pues es una excusa para buscar otra libreta. Oh, no se imaginan. Ya me veo deleitándome buscando cuadernos, sistemas de productividad en decenas de blogs, Google Images, Flickr y Pinterest. En parte sí estoy un poco frustrado porque esto era un problema resuelto y necesito volver a tomarme el tiempo de buscar y probar. Con lo indeciso y perfeccionista que soy eso significa que el proceso va a durar varios días con el respectivo decaimiento de productividad.

Sin iPhone y feliz

Han pasado cinco meses desde que estoy sin mi iPhone y, contra todo pronóstico, no tengo intenciones de comprar un reemplazo pronto. No compré el iPod Touch que tenía planeado. Mi celular actual es un Samsung sencillo, esos color negro con rojito.

¿Cómo me va? De hecho, bastante bien.

Comenté previamente que tenía la intención de aplazar la compra para hacer un experimento. He leído de personas que dejaron su smartphone por celulares más sencillos y deseaba probar lo mismo. Ya ha pasado tiempo suficiente para escribir mis observaciones.

En los primeros momentos que estuve sin el iPhone, curiosamente, me sentí liberado. Sentí un alivio del que no era del todo consciente, tenía un peso cuya magnitud ignoraba: la preocupación de que no me robasen o se perdiese mi celular. Era algo a lo que aparentemente me había acostumbrado. Estar libre de ella fue revelador.

Oh, cierto. Antes de seguir, debo dejar en claro que no pretendo liderar el Gran Movimiento Anti-Smartphones, ni estoy proponiendo que todo el mundo deseche sus smartphones por Samsungs negro con rojito, que son la plaga tecnológica del nuevo milenio o algo así. Este es mi caso en particular y mis necesidades particulares. Yo soy Jaime Wong y tú eres tú. No todos, como yo, tienen el interés de desconectarse más de internet y vivir sin 3G. No todos, como yo, les despreocupa estar actualizados todo cuanto ocurre en Facebook o Twitter. No todos, como yo, se organizan mejor con lapicero y papel. No todos, como yo, están dispuestos a estar aburridos a propósito.

Sin embargo, al igual que muchos, tengo necesidades que el iPhone proveía y que he necesitado reemplazar.

Por ejemplo, mi calendario. Es cierto, no tengo una agenda ocupadísima ni impredecible, pero sí suficientes eventos imperdibles que me hacen necesario mantener una agenda/calendario de algún tipo. Al principio me las arreglé con Google Calendar (mi calendario del iPhone estaba sincronizado allí) y mi Circa PDA, pero he terminado migrando a una agenda de papel. WHOA! Ya escribiré más ampliamente al respecto en otro momento.

Una de las aplicaciones que más he usado han sido las Notas. Yep, con su horrible fuente Marker Felt. Algunas personas piensan hablando, yo pienso escribiendo. El reemplazo actual es mi cuaderno Circa, pero debo reconocer que es distinto. En el iPhone tecleaba casi a la misma velocidad con que pienso y podía reordenar mis ideas. En papel me demoro en escribir, lo cual tiene ciertas ventajas (puedo dibujar). Es distinto, pero siento que en el iPhone era mejor. Consecuentemente, no escribo tanto como en el iPhone.

Otro uso crítico de mi iPhone era Momento app, donde llevaba mi diario. Ha sido fácil trasladarlo a la PC, donde igualmente exportaba todo lo que escribía en Momento. Echo de menos la vista del Mes donde podía ver los días que había escrito. Podría hacer un script que genere lo mismo, pero este es el caso donde los detalles visuales hacen una enorme diferencia. Momento era elegante y atractivo de usar. Echo de menos esa experiencia.

Tengo varias canciones que, lastimosamente, solo puedo escuchar en la PC con iTunes, dado que tiene el DRM de iTunes Store. No es tan grave. De hecho, ahora escucho radio en el celular Samsung (Radio Oxígeno, FTW!).

Lo que más me cuesta reemplazar es Instapaper. Sigo usando el servicio web porque es excelente. Mi problema es cómo leer mi cola de pendientes cuando no estoy en la PC. He venido usando DSLibris, un lector de ebooks para el Nintendo DS que puede leer ePubs (que Instapaper genera) o un muy estricto XHTML. Tengo un script a medias para convertir el HTML de Instapaper en XHTML, pero nunca tuve tiempo de acabarlo. Traté de resucitar mi N810 pero se me mueren las baterías. Recién acabo de desempolvar mi viejo Palm IIIx para usarlo con Plucker, como antes. Hay mucho que tengo que hacer a mano para meter el contenido de Instapaper a la Palm, eso significa muchos scripts por escribir. Instapaper era una solución muy elegante.

Finalmente, lo que no he podido reemplazar en absoluto ha sido el podómetro (i.e. para medir los pasos). Mi ejercicio matutino era trotar y el feedback es importantísimo. Al principio terminaba agotado a los pocos minutos, con menos de cien pasos. Antes de averiarse mi iPhone corría ocho minutos sin siquiera sudar, haciendo cerca de mil pasos.
Cuando se malogró mi iPhone seguí haciendo mis ejercicios midiendo el tiempo, pero no era lo mismo. No había un número concreto que midiese mi progreso. Fui perdiendo el interés, llegó el invierno y dejé de hacer ejercicio en las mañanas, parcialmente cubierto con las veces que cargo a Michelle para hacerla dormir. Estoy seguro que si hubiese medido esos pasos, tendría muchos kilómetros acumulados. :)
Comprar un podómetro de verdad no es una opción. Aún no he decidido qué hacer, pero necesito volver a hacer ejercicio y con un feedback motivador.

Esas son las cosas más importantes. No jugaba mucho en el iPhone, para eso tengo el Nintendo DS. Mi iPhone era un obsoleto iPhone 3G (cuando el celular más moderno era el iPhone 4S), así que igual no tenía más aplicaciones o juegos para comprar.

He descartado el plan de comprar un iPod Touch para comprar un iPad Mini. Luego de ver al hijito de mi primo jugar con uno y aprender tantas cosas me convencí de inmediato que sería un beneficio educativo enorme para Michelle. Eso solucionaría el problema de Instapaper de la mejor manera.

Ahora, sobre el podómetro, ¿qué tan ridículo será trotar con un iPad colgando del cuello?

Circa PDA

Mi PDA ideal sigue siendo papel y lapicero. La última vez que hablé de mi sistema dije que usaba una libreta, pero luego la cambié por un Hipster PDA y ahora un Circa PDA.

El Hipster PDA funcionaba bastante bien salvo algunas incomodidades. Por ejemplo, siempre escribo mis tareas del día en la primera hoja, pero cuando quiero renovar esa hoja, se desarma todo en mis manos y necesito hacer malabares. Nada elegante.
Por otro lado, se maltrata mucho en el bolsillo y todas las esquinas se hacen orejas. Mi Hipster PDA termina hecho un fajo gastado de papeles.

Decidí nuevamente usar los tres discos Circa que me quedaban para hacer mi propio Circa PDA. El Circa PDA original que vendía Levenger usaba discos de 1/2″ — los que tengo son más grandes, de 3/4″. Pensé que serían inapropiados para una libreta de bolsillo, pero no es gran problema. Cuando tengo un bolsillo en la camisa o polo lo llevo allí para mayor accesibilidad. El único detalle es que no son óptimos para una libreta de pocas hojas.

El truco del sistema Circa es tener cubiertas gruesas. Recorté y perforé un folio de plástico duro dejando un amplio margen como el original. Eso soluciona el problema de las esquinas dobladas. Es un diseño bien pensado.

Me gusta este PDA. Es más duradero, presentable y elegante. Tengo todas las ventajas del sistema Circa: poner y sacar hojas suavemente o agregarlas a mi cuaderno. Las hojas dan la vuelta por completo y puedo usar el papel que quiera.

Recientemente tuve una desagradable sorpresa, uno de los discos se salió, aparentemente al sacar otra cosa de mi bolsillo. No estoy seguro cómo sucedió — simplemente el disco ya no está. Nunca imaginé esa posibilidad. Mi primera intención fue migrar a otro sistema de libreta, quizás un minicuaderno engrampado, pero era un fastidio porque no cuento con tiempo ni ganas de volver a buscar otra solución igual de elegante al problema. ¡Se suponía que esto era ya un problema resuelto! Luego de probar algunos prototipos de libretas sacrifiqué un disco de mi cuaderno Circa.