Ahora que he empezado a ver seriamente el tema de mis finanzas personales he aprendido varias cosas útiles. Espero tocar este tema de diversas formas, pero por ahora empezaré con una corta lista de ocho motivos por qué aprender a administrar tu dinero, como para animarles.
1. Es tu responsabilidad
Uno de los primeros pasos para ser adulto es asumir responsabilidades y abrazar las consecuencias de lo que hacemos. El dinero es una responsabilidad seria y una habilidad que toda persona debe tener. Tú eres responsable por el dinero que pasa por tus manos y de su administración. Puedes echarle la culpa a las personas que te rodean, a tus circunstancias, a tu empleo o a tus clientes, pero lo cierto es que tú eres una parte importante de la ecuación y esa parte está bajo tu entero control.
¿Tienes habilidad para conducir en un bache? ¿Puedes discernir un desvío de un atajo? Nunca es tarde para aprender.
2. Evitas deudas, preocupaciones y úlceras
Es mejor decidirse uno mismo aprender a administrar el dinero en lugar de aprender a la mala: cuando estás sumergido en deudas y te ves obligado a tomar medidas críticas — lo que significa que empiezas a tomar control sobre tu parte en la ecuación. Gracias a Dios, nunca he tenido que pasar por graves preocupaciones de deudas (he tenido deudas, pero ninguna fuera de control), ni tener que hacer préstamos o malabares para pagar. Lo que sí he visto es la cara de preocupación (y desesperación) de amigos y cómo pierden el apetito y van deteriorando su salud. Cada fin de mes.
La premisa es muy clara: o tú controlas tu dinero o el dinero te controla a tí. Si no estás controlando tu dinero en este momento, ya sabes quién tendrá el timón más adelante.
3. Te ayuda a saber con exactitud cuánto tienes
Este es un principio universal que he estado descubriendo últimamente, y voy a expresarlo en el contexto que estamos tratando. Muchas veces sabemos a medias que gastamos más de lo debido o que a veces nos desajustamos en ciertas cosas, o que hacemos regularmente gastos en galletas, gaseosa, pizza, pero no sabemos con certeza cuánto estamos gastando. Es una idea nebulosa. He aprendido que cuando te propones sacar cuentas y cuantificar esa cantidad los resultados son sorprendentes y te dejan las cosas claras.
En un memorable incidente donde por primera vez probé Sushi, nos sentamos a sacar cuentas de todo y nos sorprendimos al descubrir que habíamos gastado más de 200 soles en dos días. Sabía que me había excedido en gastos, pero nunca iba a imaginar que estábamos por encima de los 200.
En los días posteriores apareció la pregunta en mi cabeza: “¿Y cuánto entonces estoy gastando realmente?” Tenía el concepto nebuloso que esa noche habíamos gastado regular pero no imaginé que tanto. Y probablemente todo este tiempo he estado haciendo lo mismo: pensando nebulosamente que gasto regular cuando en realidad me estoy excediendo, sin freno por mero desconocimiento.
Cuando empecé a llevar cuentas seriamente, descubrí que eso era cierto.
4. Gastas menos
Como corolario de llevar cuentas claras, empecé a gastar menos. Cuando se me antojaba comprar una galleta, helado o agua, el pensar que iba a anotar eso en mis gastos hacía que lo reconsiderara de nuevo. Antes, si tenía el dinero y más o menos veía que me alcanzaba, lo gastaba. Empecé a gastar menos no por imposición propia u obligación de compromiso, sino porque ahora era consciente de cada gasto y no quería gastar mal mi dinero.
Encarar la realidad cruda te hace sincerarte contigo mismo. No puedes seguir malgastando el dinero como lo hacías antes porque no puedes engañarte que “sí te va a alcanzar” cuando los números predicen lo contrario. Entiendes que tienes que tomar compromisos si quieres seguir adelante.
5. Alcanzas tus metas
“Fallar en planear es un plan para fallar” — me gusta mucho esa frase. ¿Votarías por un candidato a la presidencia que no tiene un plan de prespuesto para su gobierno? ¿Te sentirías cómodo en una compañía que mueve el dinero como lo ve mejor en el momento? Definitivamente no. ¿Te sientes cómodo con la idea de gastar tu dinero sin un presupuesto o plan toda tu vida? Claro que no.
Definir un presupuesto es importante porque no solo te ayuda a limitarte (como vimos en el punto anterior) sino que te ayuda a alcanzar mejor tus metas. ¿Quieres comprarte un celular nuevo? ¿Ropa? ¿Tomar clases todo este verano? Un presupuesto te va a ayudar enormemente, porque ya sabes en qué gastas y cuánto gastas y eso te permite disponer del dinero restante para invertirlo o ahorrrar en tus nuevas metas. Ya sabes con certeza que puedes disponer de ese dinero con dos meses de ahorro. O inmediatamente si desempolvas la bicicleta y te abstienes de XYZ todo este mes.
6. Puedes afrontar imprevistos
Por paranoia, he tenido la buena costumbre desde el principio de tener dinero intocable para emergencias. Solamente en dos ocasiones he tocado ese dinero “ilegalmente” para hacer inversiones que en su momento ví oportunas (i.e. la laptop). Gracias a Dios, no ocurrió ninguna emergencia en el período que nuevamente empecé a ahorrar el pozo de emergencias.
Un plan y presupuesto te ayudará a separar dicho dinero si es que no lo tienes ya. Te ayudará a conocer con cuánto dispones y cuánto puedes desviar para afrontar un imprevisto, sea una enfermedad o un accidente, o una oportunidad de inversión o un nuevo bebé en camino.
7. Beneficia a tu matrimonio
No estoy casado, pero entiendo lo importante (¡CRITICO!) que es un presupuesto en un matrimonio. El dinero es un tema bastante delicado y fuente de muchos conflictos y divorcios. Por eso es importante que los esposos estén de acuerdo en el uso que harán del dinero que ingresa al hogar, que conozcan las metas que quieren alcanzar, por dónde se va el dinero y definir espacios para cada uno.
La claridez de un presupuesto les permite a ambos hacer gastos a consciencia, donde un vestido nuevo (“¿otro más?”) o un CD nuevo (“¿otro más?”) no repercute en el presupuesto (probablemente repercuta en otros aspectos, pero eso ya depende de lo bien que se comprendan como pareja). Tanto las emergencias, ahorros y “gustitos” son igualmente posibles. Los planes para un viaje, para la matrícula del colegio o para un hermanito se hacen sobre cifras conocidas.
Y no digo más hasta que tenga experiencia completa como base. ;)
8. ¡No es difícil!
Los conceptos de finanzas no son difíciles. No lo conozco todo y no veo necesario entenderlo todo para administrar responsablemente el dinero. Estaré tocando este tema bajo la categoría de “Finanzas” para explicarles todo masticadito lo que he aprendido. No es difícil, es satisfactorio y vale la pena hacerlo, por los motivos que he venido enumerando en esta lista y otros diferentes que ustedes experimentarán.